3.5. PARÁLISIS CEREBRAL: DISARTRIAS Y COMUNICACIÓN NO VERBAL

Entendemos la Parálisis Cerebral como una lesión o daño en el Sistema Nervioso Central que abarca varios trastornos específicos caracterizados por dicha lesión en los centros motores del encéfalo y en una pérdida del control motor. Según Gallego y Gallardo (1995), lo que caracteriza a la PCI es la dificultad motriz en la realización del lenguaje oral, sin olvidar que el niño puede presentar desde alteraciones lingüísticas leves hasta la más absoluta imposibilidad de producción verbal.

Previamente, deberemos de indicar que en este apartado no vamos a hacer mención a los sistemas de acceso al ordenador establecidos para alumnos con déficit motórico (pulsadores, conmutadores, adaptaciones de teclado, etc.), primero porque ya han sido tratados por otros autores, como Sánchez Montoya, y segundo porque ya han sido referidos en el capítulo dedicado a la lecto-escritura a la hora de hacer mención a posibilidades de acceso al alumno con el fin de desarrollar el proceso lecto-escritor. Por tanto, indicaremos que lo que deseamos dar a conocer son las condiciones de comunicación lingüística con la ayuda del ordenador. En este caso, podemos hablar de 3 grupos que delimitan las posibles dificultades o errores:

  • Alteraciones motrices en la expresión (musculatura facial), que afectarán en diferentes niveles a la respiración (insuficiente, mal coordinada, irregular, superficial, incompleta y/o bucal son algunas de sus dificultades). Concebiremos actividades con el fin de desarrollar, como mencionábamos anteriormente en el primer capítulo I, apartado de Requisitos Previos, la actividades que desarrollen la ejecución y el proceso de habla por medio de la realización de ejercicios logocinéticos y praxias buco-articulatorias, haremos mención en este caso al Sistema Avel y la aplicación Praxies , en catalán, para ser utilizada con ayuda del programa Toca Toca, de J. Fonoll.
  • Alteraciones en la adquisición y desarrollo de las dimensiones del lenguaje, entendiendo por tales las alteraciones en la articulación: dispráxias debidas a movimientos incoordinados (atetosis y/o atáxias), imprecisiones o temblores en el posicionamiento de los órganos fonoarticuladores (atetosis) o incluso movimientos rígidos de la mandíbula (espásticos). Para ello, baste recordar dos apartados: a) correspondiente a los programas visualizadores del habla, pero no de aquellos conocidos como espectográficos, sino más bien lo que visualizan los movimientos anatómico funcionales presentes en la lectura labial, por ejemplo el programa Fonospain y el Metavox (98) , que por sus gráficos multimedia, posibilitaban una mejor integración del visema y de los órganos buco-articulatorios que participan en su fonación, y b) hacer mención a las dificultades en el posicionamiento correcto de la lengua, lo que daría lugar a síntomas similares a una dislalia funcional por sustitución, distorsión y confusión de los fonemas: sonoro/sordo, oclusivo/fricativo, oral/nasal, etc. Algunos autores hablan incluso de la funcionalidad reducida de los músculos laríngeos y diafragmáticos que pueden dar origen a los trastornos fonatorios que sufren los niños con PCI. Convendría releer el capítulo II dedicado a la Deficiencia Auditiva y a la adquisición de la Lectura Labial, así como al uso de los programas Di, Pequeabecedario, Animacuentos y Sedea.
  • La ausencia del lenguaje productivo, que dará origen a una falta de la emisión verbal, no así en el plano comunicativo, que puede ser “complementado” con el uso de algún sistema de comunicación aumentativo y/o el uso de los llamados Comunicadores No Verbales. Estaríamos, por tanto, en el establecimiento de algún sistema de comunicación aumentativo/alternativo basado en la utilización de códigos gráficos y en símbolos pictográficos. Recordaremos al lector que haga un análisis detenido de los SAAC, en concreto los referidos a los sistemas SPC y Bliss (muy utilizados en la enseñanza-aprendizaje de alumnos con déficit motórico) que serán posteriormente expuestos con una mayor precisión.

Y, finalmente, una tabla comparativa con los diversos programas que hemos indicado:

Tabla 3.5.a. Disartrias

[Valoración de los programas informáticos comentados en el apartado de software para el tratamiento de disartrias. Se puntúan todos los programas y se destacan los aspectos que estos trabajan]


98. Este programa viene aplicándose desde hace más de 3 años en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid en pacientes con TCV.

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