3.1.2. Lenguaje oralista: lectura labial o labiofacial

“El dominio del lenguaje oral facilita y mejora la LLF, pero la LLF por sí sola no mejora el desarrollo lingüístico. Sólo se puede ver en los labios lo que de antemano se conoce”, “...por eso juegan un papel decisivo las inferencias, las deducciones y la suplencia mental, pero la calidad y eficacia de estos procesos dependen del desarrollo cognitivo-lingüístico del sujeto”.(63) (Torres Monreal y Sánchez Rodríguez,  2000).

Se denomina lectura labial, labiofacial o bucofacial al proceso de aprendizaje llevado a cabo por algunos pacientes en donde suplen la información procedente de la vía auditiva (input sonoro) y la complementan con otra procedente de la visualización de los movimientos faciales (64) que se desarrollan en el sujeto durante el acto del habla, pues permite distinguir entre el modo de articulación (nasalidad, sordera, sonoridad, fricación) y el punto de articulación (65) (bilabial, interdental, palatal, gutural). Es, por tanto, una búsqueda sustitutoria o complementaria realizada por sujetos con déficit auditivo, en pro de una conceptualización del lenguaje, aunque si bien la lectura labial no puede dar la precisión que da el oído.

Figura 3.1.2.a. Imagen de lectura labial.

El programa Pequeabecedario nos posibilita el trabajar la adquisición semántica gracias a la lectura labio-facial.

Se trata de un método complementario al proceso de comunicación oral de los sujetos sordos ideado por el Abad L’Epée, desestimado por otros (Pablo Bonet y Ponce de León) y que, sin embargo, cobra especial relevancia en nuestros días por sus aspectos enriquecedores de la comunicación.

Pero deberemos establecer algunos hechos a tener muy en cuenta:
En palabras de A. Cecilia Tejedor (66) (2000), la LLF recoge toda la carga emocional manifestada por la expresión facial (el acento, la entonación, la melodía, la intencionalidad y sentido de la frase).
No suple a la información acústica presente en los restos auditivos, sino que la complementa por medio del llamado fenómeno McGurk.
Los últimos estudios en este campo evidencian que los buenos lectores de labios obtienen mejores resultados en el uso de implantes y prótesis convencionales. Esto demuestra la necesidad de su utilización en sujetos sordos implantados.

Figura 3.1.2.b. Lectura de los Animacuentos.

El programa Animacuentos nos ofrece de forma conjunta la lectura labial y nuestras primeras lecturas pictográficas.

Cabe afirmar, como indica Jáudenes (1990), que podemos hallarnos ante dos tipos de lectores de labios: los de mente lógica, que tratan de ver todas y cada una de las letras dibujadas en los labios del interlocutor y que, por el contrario, no pueden seguir el contenido del mensaje, y los de mente más intuitiva, que prestan más atención al contenido del mensaje y a los tres aspectos mencionados anteriormente por Torres Monreal en la cita.

Figura 3.1.2.c. Visemas equivalentes.

Relaciones de fonemas que presentan una imagen visémica común.

Pero no olvidemos que este método, tanto en su proceso de enseñanza al igual que como recurso informático, se evidencian una serie de limitaciones:

  • Sólo se emiten los sonidos, por lo que las consonantes ortográficamente arbitrarias y convencionales no se presentan. Ej.: la letra “h” no tiene representación visémica.
  • La emisión de consonantes fonológicamente iguales se lleva a cabo pese a ser ortográficamente diferentes. Ej.: ll-y, ce-z, b-v, que presentan los mismos visemas.
  • Se evidencia la presencia de consonantes visémicamente iguales. En español se presentan 2 grupos de confusión en las vocales y 6 en las consonantes, pues tienen la misma imagen visual.

63. El autor está hablando de la “integración auditiva”, ya referida con anterioridad.

64. Ya que los puntos de articulación y los modos de articulación son percibidos fácilmente por la vista.

65. Siendo estos precisamente los que puedan ser percibidos por la vista del interlocutor.

66. Se recomienda la lectura de su obra, pues ofrece un banco de actividades y ejercicios para la implantación, desarrollo y afianzamiento en los niños sordos desde las primeras etapas de su nacimiento hasta su escolarización. Se estable un método programado de aprendizaje de la lectura labial.

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