1.2. APORTACIONES DEL ORDENADOR A LA LOGOPEDIA

Lejos de las afirmaciones de quienes afirmaron en un momento que la informática aún no se ha desarrollado lo suficiente para que se pueda trabajar el lenguaje desde un contexto natural, postulamos por la opinión de Monfort, M. (1995), quien en dicho momento abogaba por considerar al ordenador como una metodología didáctica más. Cierto es, como afirma dicho autor, que el ordenador no va a suplir al contexto natural en el cual los niños aprenden el lenguaje, pero no menos cierto es que la gran cantidad de software generado hasta este momento ha enriquecido las posibilidades que el uso de las TIC están realizando en el tratamiento e intervención de los problemas y déficit del habla, el lenguaje y la comunicación. La actuación del ordenador ha pasado de trabajar con el lenguaje escrito al trabajo con la visualización del sonido. Por tanto, a día de hoy, no hacer uso del enorme potencial que nos ofrecen los medios multimedia es relegar nuestra metodología a principios de los años 60. No planteamos que el ordenador supla al especialista en lenguaje y comunicación, sino que le dote de un gran potencial y de una herramienta muy eficaz y fortalecedora en su labor diaria.
 
Pascual, P. (1988) nos señala las posibilidades que ofrecen los ordenadores en el proceso educativo de los alumnos con necesidades educativas especiales:

  • Ayudar a la comunicación y a la movilidad.
  • Favorecer la autonomía.
  • Ayudar al aprendizaje.
  • Proporcionar momentos de ocio.
  • Facilitar el acceso a los puestos de trabajo.
  • Posibilitar el control ambienta

De entre ellas, son dignas de tener en cuenta para nuestro estudio (centrado exclusivamente en la intervención logopédica) la primera y tercera, encaminadas a ayudar en la comunicación y al aprendizaje.

Pero será Escoin, J., en el año 2000, quien establezca los beneficios que el uso del ordenador aporta al aula ordinaria, si bien adaptemos sus aportaciones y las centremos en la adquisición del habla y el lenguaje (3):

Capta la atención del alumno a la hora de enfocar mejor nuestro trabajo. El ordenador dispone de aspectos mucho más motivantes que establecen algunos de los principios del aprendizaje (4): ley de la intensidad, ley de la novedad y ley de la motivación entre otras.
Aumenta la motivación ante los aprendizajes, pues los entornos gráficos, los efectos animados y los refuerzos auditivo-visuales implementan el grado de atracción por el trabajo. Una información más variada y rica en manifestaciones gráficas y sonoras posibilita un acceso a una información que llega al alumno por diversos canales perceptivos.
Respetan el ritmo de aprendizaje del alumno. Una gran cantidad de programas informáticos permiten la configuración previa de la sesión de trabajo, así como respetar las características de trabajo de cada alumno. Un amplio número de programas informáticos, permiten la configuración y selección, no sólo de los contenidos, sino de los refuerzos y modelos de control y evaluación de los alumnos, previo al inicio de la sesión.
Diseña tareas a medida de cada dificultad. Hay un software para cada problema y cada problema puede ser trabajado con un software diferente. Muchos programas han sido concebidos para desarrollar los principios y características exclusivas de un tipo de alumno: el uso de pulsadores o limitadores de teclas para posibilitar el acceso a los alumnos con limitaciones motóricas, o la inclusión de lenguaje de signos para los deficientes auditivos no oralistas.
Propicia situaciones interactivas de trabajo en grupo. El trabajo niño-máquina también puede propiciar trabajo entre dos o tres personas con la máquina: niño-máquina-niño, niño-máquina-logopeda (5), etc.. Una vez presentada y conocida la actividad por parte del niño, el logopeda puede posibilitar la interacción del alumno con el propio ordenador, permitiendo así que la ley del ejercicio actúe en menor medida.
Ayuda a reconocer el nivel de competencia del alumno. La disponibilidad de tablas de registro de las sesiones con el porcentaje de aciertos, el número de actividades desarrolladas, los contenidos trabajados y los refuerzos ofrecidos, son elementos que permiten al logopeda y al profesional disponer de unos criterios mucho más objetivos que le indiquen el grado de consecución de los niveles de aprendizaje que está experimentando el alumno (6).
Elimina el sentido del fracaso, y si no lo llega a eliminar, al menos, no lo remarca, pues posibilita un mayor número de ejercicios, sin llegar a reducir la atención que el alumno presente. Los niños se mantienen más tiempo en el trabajo con el ordenador que con el propio logopeda, pedagógicamente hablando. En algunos casos, como por ejemplo en los autistas, es más efectivo el grado de interacción llevado a cabo con la presencia del ordenador que con la mera presencia de una persona.
Plantea situaciones interactivas que favorecen la resolución de problemas. Las situaciones y actuaciones que se pueden llevar a cabo ofrecen más momentos de interacción y más espacios virtuales de trabajo. El ordenador inventa situaciones y espacios de trabajo motivantes y totalmente atrayentes para los alumnos, les sitúa en espacios inventados o creados con la intención de crear un ambiente de trabajo más adecuado a sus gustos y deseos.
Facilita la integración escolar, pues permite el acceso a la información. Cuando el niño con dificultades no puede acceder a la información, el ordenador,  por medio de periféricos y adaptación de acceso y salida, acerca esta información al estudiante. Para aquellos alumnos que presentan dificultades de comunicación, le dotan de una voz, de una herramienta con la que poder comunicarse, cuando las demás vías han resultado duras y arduas de conseguir; para alumnos carentes de visión les dota de oídos, y así sucesivamente con algunos de los principales déficits.

En la misma línea, Marqués, P. (2000) hace mención a los requisitos que deberán reunir los programas educativos:
Facilitad de uso e instalación. Deberemos de conocer el lugar en donde el programa se encuentra por si tuviésemos que efectuar alguna serie de modificaciones en el mismo (7) (incluir nuevos ficheros de imágenes, de sonido, proceder a su desinstalación).
Versatilidad. Que puedan ser abiertos o programables (según grado de dificultad, tiempo de respuesta, idioma...), o también que el sistema de evaluación y seguimiento disponga de informes de las actividades llevadas a cabo. Y que permita la continuación de trabajos iniciados anteriormente.
Calidad del entorno audiovisual. Un diseño claro y atractivo anima a la actividad y a la consecución del ejercicio, al tiempo que una adecuada integración multimedia reduce el número de respuestas erróneas.
Calidad de los contenidos y enfoque pedagógico actual. La información que se presente deberá ser correcta y actualizada, huyendo de elementos e informaciones fantásticas y distorsionadoras y teniendo en cuenta las teorías constructivistas del aprendizaje significativo. Al tiempo, buscar adecuación a las estrategias de integración, de coeducación y de no discriminación.
Navegación e interacción. El sistema de acceso al programa puede ser llevado a cabo por medio del ratón y/o el teclado de forma aislada o conjunta, con el fin de posibilitar el acceso a los discapacitados motóricos. Igualmente, tener presente la opción de controlar nuestras actuaciones y pulsaciones.
Capacidad de motivación: Las actividades deberán despertar y mantener el interés y curiosidad del alumno.
Adecuación a los usuarios y a su ritmo de trabajo. Partir de las características iniciales del usuario y delimitar las metas a las que deseamos llegar, respetando en todo momento sus progresos, su proceso de aprendizaje y su ritmo de trabajo.
Potencialidad de los recursos didácticos. Poder emplear diferentes códigos comunicativos, al tiempo que proponer actividades de retroacción y proacción para que no haya aburrimiento, posibilitando la realización progresiva de diversas actividades, evitando la monotonía de mostrar siempre el mismo ejercicio o la misma actividad. Dispondrá por ello de un banco de actividades futuras, que serán mostradas de forma aleatoria en cada una de  las sesiones.
Fomento de la iniciativa y el autoaprendizaje. Potenciar la iniciativa y el aprendizaje autónomo por medio de la realización de tareas programadas y de elección libre por parte del alumno. Se facilitará la corrección de errores y se proporcionarán ayudas y refuerzos para adquirir los logros.
La documentación. Se incluirá un manual de usuario y una guía de uso. Se podrán incluir, además, actividades complementarias y el uso de otros materiales, tanto informáticos como en formato papel.

El uso del ordenador estará sujeto a una programación de aula y se coordinará con las actividades de los alumnos, e igualmente se reforzará la metodología del docente.

La asistencia al aula de informática sin planificar, sin vinculación con la/las materia/s no tiene sentido, es una desorganización del pensamiento, la concepción de una actividad sin un fin, es una isla en el proceso de aprendizaje, al tiempo que derivará hacia situaciones de juego más que a la complementaria formación con ayuda de las nuevas tecnologías. El trabajar con el ordenador hacia y para el ordenador será una tarea desligada de toda realidad y disciplina escolar, no hablaríamos de aula de informática o informática educativa, sino de rincón del juego. Por ello, el ordenador ha de servir por y para la actividad escolar, procurando ligar y unir materias, ofreciendo alternativas a las actividades propuestas, como un recurso más, como una herramienta nueva de trabajo y como una metodología nueva y creadora, más acorde con los principios metodológicos utilizados por el docente.

Rafa Sánchez Montoya (2002) menciona que la instauración de las actividades con el ordenador ha de seguir una triple actuación:

  • Actuaciones a priori en el aula de apoyo u ordinaria. Son actividades sin la presencia del ordenador, concebidas para poner en antecedentes los contenidos que posteriormente se van a presentar.
  • In situ, en la sala de informática o en el aula de apoyo dotada con un ordenador, consiste en la aplicación que estamos llevando a cabo.
  • A posteriori, son actividades que inducen a la reflexión, a la valoración de la actividad iniciada, incluso muchas veces pueden ser actividades de proacción o retroacción, marcadas por un carácter más manipulativo. Su objetivo es el afianzamiento y consolidación de la información recibida.

Gracias a este triple proceso, estableceremos una perfecta combinación de actividades con y sin el ordenador. Por lo tanto, el logopeda dará respuesta unidireccional allí donde el ordenador no llega y, por otro lado, haciendo uso de los programas informáticos allí donde se desarrollen, coordinará su intervención y rehabilitación con la ayuda de estos medio. Así, al finalizar todos y cada uno de los apartados vamos a contemplar unas propuestas de actividades para hacer en nuestra aula, contando con la presencia del ordenador y sin ella.


3. (los añadidos en letra itálica son aportaciones personales)
4. Alonso, Catalina (1996), en su obra “Ordenador y Aprendizaje”, formula las 12 leyes del aprendizaje.
5. Retomaremos la modificación que hicimos sobre la famosa tríada de J. Havlik.
6. En el Capítulo II hablaremos de los criterios facilitadotes del logopeda al referirnos a la evaluación del alumno/paciente.
7. Estaríamos en situación de hablar de programas abiertos y semiabiertos.

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