3.2.
LA EDUCACIÓN DE PERSONAS ADULTAS INMIGRANTES
Fundamentalmente,
el sistema educativo ha centrado sus miras en los jóvenes
y niños en escolaridad obligatoria, considerando las etapas
de Educación Infantil, Primaria y Secundaria las únicas
etapas en las que el ser humano debía seguir procesos educativos.
Esta visión ha cambiado hoy día al contemplarse otros
conceptos como el de educación permanente a lo largo de toda
la vida.
Los cambios
aún deben ser más profundos ya que el sistema educativo
ha de hacer frente a nuevas demandas educativa y necesidades de
aprendizaje provenientes de la incorporación de personas
inmigrantes a nuestra sociedad. Se hace necesario hablar de una
educación intercultural en todos los niveles, etapas y grados
educativos, dentro de las parcelas educativas formales, no formales
e informales.
La llegada a
nuestro país de inmigrantes desde diferentes vías
y con situaciones legales distintas, en busca de una condiciones
de vida digna que no poseen en sus países de origen, es cada
vez mayor. La tragedia del paso del estrecho o la odisea de los
viajes por carretera has las fronteras del norte de nuestro país
son una realidad. Estas aventuras suelen acabar con la muerte, la
frustración, el empeoramiento de las condiciones económicas
que llevaron a la emigración, etc.
Desde el punto
de vista legal, la Ley de extranjería pretende regular el
flujo migratorio, pero esta acción normativa no es suficiente
para resolver problemas tales como la integración de los
inmigrantes "legales" en una sociedad y en una cultura
diferente a la suya de origen. De forma complementaria, hacen falta
programas educativos que faciliten los procesos de integración
de las personas inmigrantes y a la vez, actuaciones educativas dirigidas
a las personas pertenecientes a la sociedad receptora para fomentar
el respeto mutuo, la solidaridad y la tolerancia; potenciando la
Educación Intercultural de personas adultas.
La educación de las personas adultas abarca un periodo tan
amplio que va desde la mayoría de edad -18 años en
el caso español- hasta el fin de la vida. Por lo tanto, se
trata de una educación permanente con una oferta educativa
que debe adaptarse a demandas y necesidades de aprendizaje diversas
para dar respuesta a los procesos de adaptación social, personal,
incorporación o actualización laboral, etc.
Lo dicho hasta
ahora, en términos genéricos responde a las notas
características de la educación de personas adultas,
pero la oferta educativa ha de oferta constituye todo un abanico
repropuestas, cuyo objetivo es el debe ser el desarrollo personal
para la participación activa en la vida social, política
y económica, también de aquellas personas que han
recurrido a la emigración en busca de mejores condiciones
de vida.
3.2.1.
La formación intercultural en la educación de personas adultas
Tratar
de definir que entendemos por educación intercultural puede
ser una tarea compleja. Básicamente, engloba procesos de
enseñanza-aprendizaje desde una visión amplia, que
contemple la realidad mundial, el reconocimiento y el respeto de
todas las culturas, la concepción de la cultura como algo
dinámico, el respeto a lo diferente, la escuela como una
institución.
Para
nosotros la Educación Intercultural es un proceso de enseñanza-aprendizaje
(en el que no debemos dejar atrás la orientación psicopedagógica,
con sus fases de detección y análisis de necesidades,
diagnóstico, intervención, evaluación y seguimiento)
que debe plantearse desde una visión global de abierta y
comprometida en la transformación de su entorno así
como en la generación de competencias multiculturales.
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