2.3.4. Análisis de los Elementos

Como indicamos, el análisis de los elementos que constituyen un test, es una manera, aproximativa, de estudiar su validez muestral. Apoyándonos en un criterio externo y en el análisis de los elementos, nos hemos aproximado en la adaptación del test de detección de biendotados, al estudio de su validez de contenido para las muestras españolas (aunque el procedimiento insistimos, es metodológicamente poco correcto). El análisis de los elementos de un test comprende, en esencia, el análisis de la dificultad de éstos, el análisis de la homogeneidad y el análisis de la validez.

Para realizar el análisis de la dificultad de los elementos basta ensayarlos en un grupo representativo y hallar el tanto por ciento de individuos que pasan cada elemento. Cuanto mayor sea el tanto por ciento de individuos que aciertan un elemento, tanto menor será su dificultad. En el caso de nuestro test, al igual que ocurre en los test de velocidad o de personalidad, etc. Carece de sentido calcular la dificultad de los elementos, ya que, en principio, no deben presentar dificultad alguna.

Para analizar la validez de los elementos se calcula su correlación con un criterio externo de validez o con una dimensión factorial previa determinada. De este modo, sabremos hasta qué punto cada elemento contribuye eficazmente al propósito del test. En nuestro caso, hemos realizado la correlación de cada grupo de cuatro elementos con un criterio diferente, puesto que las áreas sobre las que indaga el test vienen definidas, cada una, por cuatro elementos. Esto es, en definitiva, su validez empírica establecida por áreas.

Finalmente, para indagar la homogeneidad de los elementos se calcula la correlación de cada uno de ellos con el total, con lo que se procura la unidad interna del test, es decir, que todos los elementos contribuyan a medir lo mismo. En el test de detección de bien-dotados, aunque la variable que se persigue es, en última instancia, "biendotados", ésta, está subdividida en un conjunto de subvariables ( "creatividad", "artística", etc.). Ver el apartado dedicado a la descripción del instrumento y el apéndice), y por tanto, todos los elementos del test no tienen por qué ser homogéneos. Entra dentro de la labor de la validez de constructo y, más aún, de la teoría psicológica, averiguar si existe correlación entre estas subvariables, dentro de la variable "biendotado", qué tipo de correlaciones son, por qué se dan o son nulas, etc. De esta forma, nos vimos obligados a emplear un procedimiento especial de cara al análisis de los items, como detallamos en el apartado"procedimiento".

2.3.5. Tipificación

Páginas atrás expusimos cómo para poder interpretar las puntuaciones de diferentes sujetos en el mismo test, o en test diferentes, éstas eran expresadas en función de un grupo (grupo normativo) tipificadas. Dijimos que la misión de la adaptación consistía precisamente en estudiar ciertos aspectos del test en un nuevo grupo normativo.

Ahora vamos a exponer algunos de los modos de transformar las puntuaciones directas en puntuaciones tipificadas, centrándonos en los empleados por nosotros en la adaptación del test de detección de biendotados. Los tipos más importantes y usados de puntuaciones tipificadas son tres: puntuaciones cronológicas, puntuaciones centiles y puntuaciones típicas. Las puntuaciones cronológicas consisten en traducir la puntuación directa del sujeto a C.I. (cociente intelectual). Como es sabido, el C.I. es el cociente entre la E.M. ( edad mental, que se obtiene buscando la puntuación media de esa edad en el test) y la edad cronológica ( E.C.) habitualmente multiplicada por cien para evitar decimales.

Estas puntuaciones presentan serios inconvenientes, son de elaboración muy difícil, poseen una edad tope a partir de la cual son inutilizables, etc. Además, la forma en que está construido el test de detección de bien-dotados, con elementos en función de la edad ("responde preguntas no habituales para su edad" por ejemplo), harían confuso el empleo de esta escala. Hoy día, se emplea casi exclusivamente con test de inteligencia general y poblaciones infantiles. Así pues, en nuestra adaptación, hemos empleado puntuaciones centiles y puntuaciones típicas.

 
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