5.4.3. El rechazo a la autoridad y el abuso de autoridad

La autoridad como fuente de violencia no se evalúa por su carencia sino por sus excesos (abusos) o por su rechazo o no reconocimiento (desprecio al status, sea formal, la autoritas autoritaria, o legítimo, basado en la competencia educativa).

Se coincide con los Informes citados en que la violencia tiene su génesis en el desprecio de la autoridad, pero para la Prensa además tiene relevancia etiológica el abuso de autoridad, dado que destaca más la violencia ejercida del Profesor al Alumno.

5.4.4. La indisciplina frente a la normas y la autoridad instituidas

El discurso de la prensa no frecuenta tanto las reglas informales que rigen las relaciones interpersonales entre los agentes educativos, como las normas de convivencia de los centros. Así, no se considera cómo se organizan las relaciones interpersonales entre alumnos y tampoco entre profesores y alumnos, ni la dimensión de los grupos informales de alumnos, ni su dinámica interna, ni el conformismo, ni el conflicto o la negociación entre mayorías y minorías en ellos, ni el liderazgo, el prejuicio o el contexto social como fuente de influencia. Lo que se subraya es la trasgresión de las reglas de relación instituidas, la indisciplina frente a las normas de convivencia en el centro, como fuente de los conflictos más habituales.
La permisividad en la educación, fuente destacada de la violencia en los Informes citados, es sustituida en el discurso de la Prensa por la indisciplina . En el presente estudio, la indisciplina frente a las normas y la autoridad se revela como el principal reactivo de las agresiones, cuando se toman en cuenta las reglas de relación entre los agentes educativos

5.4.5. Malos hábitos en la exposición a los medios de comunicación y malas prácticas sociales en los grupos de iguales

La exposición asidua a la violencia de los medios se revela como una de las causas de la violencia en las aulas. Se hace referencia a la telebasura, entretenimiento que provee de violencia, mal gusto y pornografía gratuitas; los videojuegos violentos que procuran modelos agresivos; y, sobre todo, Internet, el gran Satán que reúne todos las influencias perniciosas, fuente de información escrita y audiovisual incontrolada. Internet es sólo defendido, en escasos discursos periodísticos, por las alternativas educativas potenciales que posee cara a la captación de la atención y la actitud positiva de los alumnos.
En cualquier caso, la exposición a estos medios como causa atribuida de la violencia en las aulas, se centra en su capacidad de influencia o sugestión perniciosa, que aumenta en la misma medida que se incrementa la identificación y empatía o proyección de la audiencia con algún aspecto del producto que difunde. Se hallan en cuestión los valores éticos que conciernen a las relaciones interpersonales en los grupos primarios (modelos de relación), así como concierne a la imagen personal del individuo (modelos de identificación). También se hallan en cuestión los valores morales acerca del deber o los imperativos normativos, porque se resalta que el espectador, y en especial los jóvenes, se hallan en clara indefensión ante la dificultad de encontrar valores de referencia incontrovertibles (crisis de valores, relativismo de los valores).
Por otra parte, la adolescencia y la juventud incipiente conlleva exigencias sociales de integración y capacitación que no se corresponden con las pobres condiciones socio-afectivas (desestructuración familiar) y los escasos medios económicos (marginalidad social) con que cuentan muchos sujetos. Así, las alteraciones psicosomáticas propias de la pubertad, la necesidad de adoptar roles sexuales y sociales definidos, la ansiedad del consumismo insatisfecho, la ausencia de relaciones afectivas estables, la búsqueda de una identidad personal al margen del núcleo familiar, incluso las inciertas expectativas vitales y laborales, sólo encuentran en el mundo creado en el grupo de iguales una solución confortante. Esta situación que hace a los adolescentes y jóvenes de por sí seres conflictivos, en las condiciones marginales y con la percepción de exclusión social del extranjero, resulta un gran potencial reactivo de la violencia. Es así tal como lo refleja el discurso de la Prensa: la violencia que genera esta situación no sólo tiene lugar en los centros docentes, sino que se extiende a la calle. En la dinámica de las bandas callejeras (caracterizadas en el discurso por su origen nacional, por su etnia y/o por una actividad delictiva) tienen su desarrollo las prácticas delictivas (robos, altercados, peleas, destrucción de propiedades), que sirve a sus jóvenes integrantes para la identificación grupal y la diferenciación social.
Así, a diferencia de lo que ocurre en los Informes citados, la delincuencia en el grupo de iguales como uso social, se asocia a las situaciones de marginación y se relaciona en los textos periodísticos con los jóvenes inmigrantes.

5.4.6. El ajuste de cuentas y las venganzas y la reproducción de la violencia

El ajuste de cuentas y las venganzas son evaluados como más relevantes para la reproducción de la violencia que la inhibición o la indiferencia ante la violencia y sobre todo, más frecuentemente relevantes a este respecto que los castigos o las sanciones desmesuradas o arbitrarias (en contraste con los resultados de los Informes citados).

 
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