2.
LOS ARCHIVOS VISUALES EN LA ERA DIGITAL
Es evidente que el panorama actual de los archivos audiovisuales
es muy complejo: primero, porque ya existe un amplio abanico de
instituciones que trabajan en ellos dentro de la más clara acepción
de espacio facilitador para el acceso a documentos audiovisuales,
mediante la gestión de actividades de acopio y almacenamiento, registro
o catalogación, conservación, promoción y acceso; y segundo, porque
de modo tecnológico, los archivos evolucionan constantemente a medida
que se multiplican los soportes virtuales de registro digital y
de sus canales de distribución como el cable, el satélite e Internet,
mucho más allá de los soportes materiales clásicos de la cinta,
el disco o el casete.
En
realidad, desde finales de los años 90, son muchas las soluciones
digitales que han resuelto problemas de catalogación y conservación
de archivos audiovisuales en múltiples áreas de actuación institucional;
pero, han sido los propios sectores profesionales o broadcast de
la radio y televisión los más favorecidos con estas soluciones digitales,
las cuales han sido configuradas para realizar diversas funciones
útiles para sus distintos procesos de producción y de transmisión
ligados a los de conservación y almacenamiento de archivos audiovisuales.
Tal es el ejemplo de la gestión informática y telemática de contenidos
de audio y vídeo integrados a los distintos componentes que conforman
un centro de control de emisiones y producción de programas televisivos
o radiofónicos, y en especial informativos o periodísticos, tal
que la edición de noticias.
No obstante, en la gran mayoría de los sistemas judiciales de los
países económicamente avanzados, y hoy día en otros en vías de desarrollo,
se aplican también los procesos digitales de grabación, catalogación,
archivo y consulta del audio y vídeo procedente de las salas de
vistas de los juzgados, o bien desde distintos lugares judiciales
remotos donde existen conexiones por videoconferencia. La catalogación
del vídeo y del audio se hace en la fase de captura. El interfaz
de usuario de consulta está personalizado basándose en el número
de expediente y en el número de juzgado. El sistema, además, proporciona
seguridad al archivo de vídeo, al disponer de control de acceso
para el usuario.
De
hecho, desde el campo de la seguridad pública y privada, los sistemas
digitales de catalogación y conservación de archivos audiovisuales
que se han desarrollado, sirven además para aplicaciones de video
- vigilancia, con las cuales se puede controlar movimientos de personas
y objetos, consultando bases de datos institucionales establecidas.
Asimismo,
en los principales parlamentos del mundo, locales o municipales,
regionales o nacionales, tengan o no sus canales parlamentarios,
existen ya sistemas digitales para la gestión del material audiovisual
procedente de las sesiones de plenos, comisiones y de cualquier
otro acto que se celebre en los espacios parlamentarios. Con ello,
se permite la captura y catalogación, la indexación y edición de
diferentes señales simultáneas, además de archivar con capacidad
de búsqueda avanzada, la totalidad del material audiovisual que
se genera en todo un período legislativo. El sistema facilita
a los cargos electos y grupos políticos el acceso a material audiovisual
con tiempos de respuesta muy rápidos. Por otra parte, también facilita
a los medios de comunicación, con alta calidad y en el soporte que
prefieran, los vídeos o imágenes de los actos parlamentarios que
puedan requerir(76). Con estos sistemas,
y por Internet utilizando tecnologías de streaming, se pueden
también poner a disposición de los ciudadanos, todos aquellos contenidos
audiovisuales o multimedia que deban de estar accesibles a través
de este medio.
En los últimos años, con estas soluciones digitales de catalogación
y conservación de archivos audiovisuales, ha sido posible para muchos
organismos públicos y privados que dan seguimiento, control y evaluación
a la programación transmitida en televisoras y radiodifusoras, poder
capturar múltiples señales de antena procedentes de sus emisiones,
durante las 24 horas del día y todos los días del año. La captura,
la catalogación especial, el archivo, etc., permite velar a sus
usuarios por el cumplimiento de las leyes con referencia a publicidad,
protección de menores, tiempos de emisiones de carácter político,
etc(77). Estas soluciones no sólo llevan un control
diario de las diferentes emisiones, tanto de radio como de televisión,
en los que se haya contratado impactos publicitarios, con objeto
de hacerles un seguimiento. También facilitan la incorporación de
casetes virtuales, que permiten la creación de nuevos vídeos basándose
en los ya existentes, pues relacionan contenidos de diferentes archivos
en uno nuevo virtual(78).
En
consecuencia, y como una muestra más de las aplicaciones sociales
más específicas de las soluciones digitales de catalogación y conservación
de archivos audiovisuales, han sido los sistemas desarrollados en
el campo de la educación y la cultura donde no sólo se han vuelto
a valorar los acervos de materiales pedagógicos, didácticos o divulgativos
existentes, sino que también permiten a los maestros o tutores,
ofrecer comparaciones directas en una misma pantalla de la señal,
imágenes y sonidos procedentes de los archivos audiovisuales, con
una señal procedente de otras fuentes como una cámara en directo
que registra lo que profesores y alumnos realizan. Derivadas de
estas aplicaciones educativas y con estas soluciones digitales,
profesores y estudiantes pueden generar nuevos materiales pedagógicos
o didácticos, investigaciones, tareas o ejercicios, memorias o trabajos
de fin de curso, simulaciones visuales o prácticas profesionales,
actividades de autoaprendizaje o autoenseñanza, evaluaciones o autoevaluaciones,
etc.
Es
cierto, que cada vez son más los organismos educativos y culturales
en el mundo entero que han empezado a producir, distribuir y permitir
el acceso y consulta de sus contenidos y recursos en soportes electrónicos
digitales, pero continúan todavía siendo mayoría los de soporte
en papel. Desde hace años, se considera que parte del patrimonio
de la humanidad son todos aquellos materiales originales que existen
o se generan en soporte digital, se trate de periódicos en línea,
de páginas WEB o de bases de datos en línea. Sin embargo, y tal
como lo hemos manifestando en el apartado anterior, desde un punto
de vista técnico, toda información digital tiene un gran riesgo
de quedar rápidamente obsoleta, o bien puede degradarse.
Hasta
hace muy poco tiempo, y todavía hoy en la mayoría de los países
en vías de desarrollo, las estaciones de radio y canales productores
y difusores de televisión utilizan docenas de cintas de audio y
vídeo para la realización y transmisión de sus emisiones cotidianas;
y después, para guardar todo este material, comienzan la enorme
tarea y responsabilidad de saber cómo y dónde se van almacenar y
catalogar para una posterior consulta y utilización.
En
la actualidad, los usuarios de los archivos audiovisuales y multimedia
tienen que elegir, generalmente, entre el precio y la calidad de
los contenidos que desean utilizar; y el propósito de aceptar esa
elección depende generalmente de los precios y del tiempo que tienen
los contenidos desde que se generaron y aparecieron en circulación.
Los usuarios de los países con bajos recursos económicos, como los
latinoamericanos o africanos, o personas e instituciones con bajos
ingresos en naciones industrialmente avanzadas, tienden siempre
a buscar y revisar mucho más material de archivo porque a menudo
son menos costosos que la propia producción o adquisición de producción
externa de nuevos contenidos que realizan aquellos usuarios comerciales
con mayores recursos financieros.
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