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El valor del individualismo está mucho más presente en los spots
norteamericanos (75%) que en los coreanos (53%); aunque los dos
países muestran una presencia más o menos similar de los valores
colectivos (alrededor del 50% en ambos).
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Los anuncios de uno y otro país muestran una clara orientación al
presente (énfasis en lo contemporáneo o nuevo), aunque con mayor
fuerza en Estados Unidos (99%) que en Corea (80%). Contrariamente
a lo que cabía esperar, la orientación al pasado (énfasis en la
tradición, lo clásico o la experiencia) no es significativa en Corea
(18%), aunque sí superior a EE.UU. (7%); de igual modo, tampoco
es importante la orientación al futuro (énfasis en el progreso y
la creatividad) en los anuncios de Estados Unidos (13%), aunque
sí es mayor que en los de Corea (4%).
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La orientación en los spots hacia los aspectos materiales del producto
(elaboración y características / dimensión utilitaria y funcional)
es más acusada en Estados Unidos (88% y 53%, respectivamente) que
en Corea (57% y 23%). También lo es la orientación hacia los aspectos
simbólicos y expresivos del producto (emoción y sentimiento / dimensión
simbólica y estilos de vida), en los que Estados Unidos (74%) se
impone frente a Corea (61%). No obstante, el uso de metáforas es
mucho más frecuente en los anuncios coreanos (37%) que en los norteamericanos
(5%).
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Finalmente, los resultados de este trabajo parecen apuntar en la
misma dirección que las conclusiones de Cheng y Schweitzer (1996),
quienes identificaron la "modernidad" y la "juventud" (valores asociados
con la "orientación al presente") como los principales valores dominantes
en el discurso publicitario de Estados Unidos y China.
Para
completar este apartado, debemos hacer mención a la investigación
de Hui-Ching Liao (1994), titulada "La publicidad de cosméticos
y automóviles en Oriente y Occidente. Análisis de la imagen de la
mujer y del hombre en los spots televisivos de Taiwán, Japón y España".
El punto de partida de este trabajo es que la comparación -en dos
o más países- de anuncios de ámbito nacional (frente a los de ámbito
internacional, como sucede con la publicidad de las multinacionales)
revelan más fácilmente esa profunda relación entre publicidad y
valores; pero ese análisis debe hacerse, señala Liao, en relación
a una misma categoría de producto. Es decir: podemos determinar
más fácilmente la imagen que de uno y otro sexo se dibuja en la
publicidad de un país cuando: 1º) se pone en contraste con la imagen
que dibujan los anuncios de otro país; y 2ª) se comparan ambos en
un mismo tipo de producto.
Entre
las conclusiones más llamativas de su estudio comparado sobre la
publicidad de cosméticos, podemos señalar:
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La preferencia en Japón y Taiwan por los escenarios diurnos, abiertos
y soleados; mientras que en España la cosmética se asocia a la noche,
los ambientes oscuros y cerrados.
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En Oriente aparecen las referencias o los símbolos naturales (ríos,
gotas de lluvia, plantas, rocío), y en España proliferan las luces
de neón, los escenarios urbanos y más o menos artificiales.
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En Taiwan la mujer se maquilla por sí misma, buscando su propia
belleza; en Japón lo hace como una obligación para el trabajo; en
España lo hace para seducir al varón.
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En Taiwan la mujer es siempre modesta: viste kimono o bata en los
anuncios; en Japón viste ropa de calle o de trabajo; mientras que
en España va más frecuentemente con trajes llamativos, ajustados
o en ropa interior.
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Finalmente, en Taiwan se nos muestra una mujer frágil y delicada,
un personaje femenino que no habla ni gesticula, como si fuera de
porcelana. En Japón vemos a una mujer más abierta y comunicativa,
que se mueve en el marco de las relaciones sociales. Y en España
predomina una mujer de cuerpo perfecto, con tendencia a la sensualidad
y al narcisismo (proporcionalmente, hay más desnudos que en Japón;
algo que no vemos en Taiwan); y esa mujer española es, en los anuncios,
fuerte, comunicativa, seductora y muy activa.
Todo
esto nos lleva de la mano al último apartado: la imagen de la mujer
en la publicidad. Un ámbito de especial importancia en el estudio
de los valores en el discurso publicitario. Ha llegado el momento
de que nos ocupemos de él.
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