Para
Enrique Ortega (1990, p. 387), la publicidad es "un proceso de comunicación
de carácter impersonal y controlado que, a través de medios masivos,
pretende dar a conocer un producto, servicio, idea o institución,
con objeto de informar, influir en su compra o aceptación".
Finalmente,
para Colley (1965, p. 51) "la publicidad es comunicación de masas
pagada, que tiene como último propósito transmitir información,
crear una actitud o inducir a una acción beneficiosa para el anunciante
(generalmente la venta de un producto".
Como
se puede ver, al margen de algún autor que identifica publicidad
con venta, en la mayoría de las definiciones académicas de publicidad
podemos encontrar estas notas comunes:
1. Es una
forma de comunicación,
2. pagada
(o remunerada de algún modo),
3. impersonal
(en el ámbito de la comunicación de masas),
4. hecha por
un anunciante o patrocinador identificado,
5. en la que
se presentan ideas, bienes o servicios (e instituciones),
6.
con el fin de informar (en primer lugar), persuadir (en segundo
lugar, como consecuencia) o aumentar las ventas (fin más generalizado)
(62).
Como
señala Benavides (1994, p. 60), para muchos "la publicidad se define,
más o menos, como la presentación comercial, impersonal y múltiple
de bienes, servicios, marcas, ideas, etc. a cargo de un anunciante
y a través de un soporte (...). Para otros, sin embargo, la publicidad
no se identifica con el anunciante, ni se refiere al medio como
soporte, sino que, más bien, procura la elaboración de espacios
para la convivencia, la comunicación y la interacción".
Esto
supondría, en términos conceptuales, constatar, por una parte, la
consideración de ésta como un espacio social y cultural (más volcada
hacia lo público), donde debatir -y donde, históricamente, se han
debatido- aspectos de interés colectivo; en definitiva, un lugar
donde intercambiar: símbolos, mitos, ideas; marcas, emblemas, enseñas
medievales; proyectos sociales, causas políticas, empresas comerciales.
Por otra, la consideración de ésta como espacio económico y comercial
(más volcada hacia lo privado), donde lograr diversos fines: promocionar
productos, marcas, empresas; proporcionar al público información
sobre las mercancías; canalizar la demanda hacia la oferta y dar
salida al excedente de producción; incentivar el consumo; en definitiva,
asegurar la buena marcha del actual sistema económico.
Esa
doble acepción, esa doble faceta del fenómeno publicitario (que
se solapa en algunos de sus elementos: como la marca, que es, a
la vez, sociocultural y económico) es la que ya señalara Joan Costa
en su libro Reinventar la publicidad (1993, pp. 13-38). Allí
hablaba de "las dos caras de la publicidad": el rostro del bussiness
(empresa, clientes, agencia, sistema de producción) y el rostro
de la sociedad (investigación, valores, efectos sociales, hábitos
de conducta).
Como
nuevamente señala Benavides, esa doble faceta del fenómeno publicitario
puede ser entendida y resuelta en el binomio "publicidad"-"publicity":
"En
el fondo, esa doble definición (de la publicidad) tiene su importancia,
y refleja, a mi juicio, las formas que la publicidad adopta; una
de ellas, desde el siglo XVIII, la otra, tiene orígenes mucho más
antiguos. En efecto, por un lado, la 'publicidad comercial' -lo
que los americanos definen como advertising- es una actividad contemplada
dentro de la Economía Política de la era Ilustrada, y su finalidad
económica viene dada por las leyes del mercado. Por otro lado, sin
embargo, la segunda acepción de publicidad -lo que algunos autores
entienden como publicity-, afecta más a los modos de entender
'lo público', no sólo como un lugar donde las instituciones velan
por el interés general, sino, especialmente, como un escenario
donde donde los individuos, los grupos sociales y las instituciones
se comunican" (Benavides, 1996, p. 187).
Las dos perspectivas que hemos expuesto (la mercadotécnica y la
sociocultural) no suponen planteamientos antagónicos. Cabe verlas
como dos proyecciones distintas de un único y mismo fenómeno: la
distinción entre la publicidad como mensaje controlado y dirigido
a la colectividad ("publicidad": sea o no comercial) y la publicidad
que se construye en el espacio público, en el ámbito de lo público:
la notoriedad social en sus diversas formas y efectos socioculturales.
|