2. INTERVENCIÓN LINGÜÍSTICA: APLICACIONES PARA SU DESARROLLO

En este apartado haremos mención a los aspectos contemplados bajo el término de “dimensiones del lenguaje”, aspectos que el logopeda llevará a cabo para la consecución del habla y del lenguaje, desde los períodos de ausencia del mismo hasta aquellos otros de enriquecimiento lingüístico. Para desarrollar un buen tratamiento logopédico, procederemos al establecimiento o intervención centrado en las dimensiones del lenguaje, comenzando por el establecimiento de los requisitos previos, y pasando por la desmutización, la fonología, la semántica, la sintaxis y, en momentos posteriores, hacia la corrección de errores lecto-escritores,  por lo que nos ceñiremos a los componentes que determinan las alteraciones de la audición y el lenguaje, y que tan bien recoge la profesora Mari Carmen Busto Barcos (1995) en este esquema y sobre el que se incluye la correlación mostrada:

Figura 2.a. Componentes del Lenguaje según M.C. Busto Barcos.

Se muestra el esquema de las funciones referidas a los niveles del lenguaje: expresivo, receptivo y comunicativo, así como la incidencia que sobre ellos lleva a cabo el tratamiento logopédico

Ajustaremos este primer capítulo a dichos componentes y al procedimiento de aprendizaje e intervención que el logopeda hará para desarrollar todos y cada uno de los niveles del lenguaje hasta llegar a establecer el proceso comunicativo. Por tanto, hay que hablar del establecimiento de los requisitos o condiciones previas que deberemos de trabajar con el alumno: la respiración, las Práxias y la discriminación auditiva. Luego se hará un desarrollo de la fonología y la fonética, después se accederá al significado de las palabras por medio de la semántica y se le darán valor a estas tras ser insertas en una frase o dentro de un grupo de palabras, con lo que la palabra por medio de la morfosintaxis adoptará un significado completo y, como último elemento, el acceso al sistema de comunicación más difundido: la lecto-escritura. Como buenos logopedas que somos, el proceso de intervención lo realizaremos de forma libre y cotidiana para, en momentos posteriores, reconocer si es válido el uso de las nuevas tecnologías a dichos procedimientos.

2.1. REQUISITOS PREVIOS

A la hora de pensar en los prerrequisitos o condiciones previas al tratamiento logopédico, se debe tener presente que las condiciones aquí expresadas hacen mención al establecimiento de condicionantes previos que no hay que olvidar en el momento de iniciar la rehabilitación del lenguaje y del habla, y más si hablamos del uso del ordenador en las mismas. Nos referiremos a la consecución de ejercicios y actuaciones tendentes a reconocer y lograr la fijación de la atención del niño en una tarea, el reconocer que es capaz de comprender órdenes sencillas, mantener la mirada con el interlocutor o frente al espejo, instaurar situaciones de aprendizaje, respetar los espacios y lugares fijados, al tiempo que ir reduciendo poco a poco la impulsividad en pro de actuaciones centradas en el locus logopédico (silla, mesa, espejo, etc..).

Un buen trabajo por parte del logopeda en estos primeros momentos será clave para los éxitos futuros. Es un reto a superar por parte del niño y la piedra angular sobre la que iremos construyendo toda la estructura de la comunicación oralista del niño.

Denominamos como prerrequisitos, en logopedia, al establecimiento, fijación y desarrollo de una serie de elementos, necesidades y fases funcionales que dan origen a la consecución de los elementos lingüísticos. En este sentido, se establece una cuádruple línea de actuación:

Ejercicios encaminados a la relajación facial. Serán los ejercicios logocinéticos contenidos en el Sistema Avel (ver imagen), consistentes en la relajación de cejas, cuello, mejillas, frente, ojo, entrecejo, boca, etc.., siguiendo la técnica del moldeamiento de la actividad y los criterios de relajación (tensión-distensión) de Jackobson. De forma previa, el logopeda habrá realizado este tipo de ejercicios frente al espejo (por ejemplo: imitar caras, silbar, besar, inflar los carrillos, etc..) y frente al alumno, con el fin de automatizar el ejercicio. De todas formas, el traslado de este tipo de ejercicios a nivel informatizado se limita exclusivamente a la presentación de pantallas superpuestas o sucesivas, emitidas en forma secuenciada y animada, elaboradas bajo programas de presentación, tipo Power Point o Toca Toca (12) .

Figura 2.1.a. Imagen del programa Avel.

Imagen correspondiente al ejercicio logocinético labial: sacar los labios hacia fuera en forma de “o”

En un segundo momento, consistirán en el establecimiento y desarrollo de los órganos fono-articulatorios que participan en el proceso del habla, esto es la consecución de ejercicios de movilidad y posicionamiento de los órganos articulatorios: labios, lengua y mandíbula (práxias). Estas actividades estarán encaminadas al desarrollo y reeducación de la masticación, la succión y la deglución de una manera indirecta. Pueden ser ejercicios de simple posicionamiento sin la presencia del sonido (emisiones áfonas), como la actividad “ejercicios logocinéticos” del Sistema Avel, donde se persigue la consecución de ejercicios encaminados al desarrollo bucal (posicionamiento lingual, desplazamiento maxilar y oclusividad bilabial), o bien pueden ser ejercicios de visualización de la posición de los órganos bocales con la presencia del aire (emisiones fónicas), lo que nos llevaría a la visualización dinámica de estos órganos y a una aproximación en la ejercitación de las emisiones sonoras en cada uno de los fonemas, sería el caso del Metavox, v.2 (ver gráfico siguiente).

Figura 2.1.b. Imagen del interior de la boca en fonación.

Esquema explicativo de los órganos fono-articuladores que participan en la emisión vocálica. Imagen del programa Metavox versión 2.0

Cobra también importancia el establecimiento y fijación de los tres tiempos respiratorios: inspiración, espiración y el establecimiento de la pausa respiratoria como delimitadora de ambos tiempos respiratorios (13). Al tiempo que instauramos un control diafragmático correcto, deberemos poder realizar una serie de ejercicios tendentes a la consecución de tiempos respiratorios, de la presencia del soplo y de la vocalización acompañando a la expulsión del aire, y a la utilización de materiales lúdicos tendentes a la automatización de la respiración. El desarrollo de actividades encaminadas a conseguir una respiración diafragmática adolece de la presencia de ningún programa informático dirigido a la consecución de los patrones respiratorios correctos, siendo, por tanto,  un terreno exclusivamente perteneciente a la enseñanza del logopeda, con los métodos y estrategias de los que siempre hemos hecho uso.


12. Como las “pràxies logopèdiques” contenidas en las Activitat de familiarització amb el teclat i l’escriptura desarrolladas durante el SATI DNEE del curso 2004/05  elaboradas como Talleres de Materiales para el Toca Toca (http://www.xtec.es/dnee/jornada/index05.htm)  

13. La presencia de la pausa respiratoria, como definidora de los 2 principales tiempos de la respiración, es un elemento muy a tener en cuenta en el tratamiento logopédico, sobre todo en edades pequeñas, donde los niños no desarrollan tal pausa y no se les posibilita la ejercitación diafragmática.


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