3.1.7. El proceso lecto-escritor en el Deficiente Auditivo

 “El aprendizaje de la escritura es posible a partir de una fonología visualmente adquirida, en ausencia de una audición idónea y con capacidades expresivas limitadas”. (Alegría, J. y Leybaert, J. 1988).

Pero la parte de mayor desarrollo y que mayores dificultades nos ofrece en el proceso de enseñanza –aprendizaje del sujeto con déficit auditivo-, es la adquisición de la lectura. No olvidemos que presenta una doble dificultad, pues el deficiente auditivo ha debido de aprender un segundo idioma y ahora debe de aprender a escribir en dicho idioma, a todo ello sumar las dificultades que entrañan aspectos como las características que difieren la lengua de signos con la oral: fonológicas, semánticas, morfosintácticas y pragmáticas.

En la actualidad, hay dos corrientes o tendencias a la hora de afrontar la respuesta educativa a los alumnos con Déficit Auditivo, y que fundamentan las líneas metodológicas de la enseñanza de la lectoescritura:

Figura 3.1.7.a. Modelos de Intervención de la Lectoescritura en sujetos con D.A.

Esquema explicativo de los modelos sueco y belga

  • El modelo sueco, que apuesta por el bilingüismo. Concibe a la lengua de signos como lengua materna y establece la adquisición posterior o simultánea, pero complementaria del lenguaje oral. Y establece que la adquisición de la lectura y la escritura se hará mediante métodos globales (81).
  • El modelo belga, que apuesta por el oralismo. Se fundamenta en el uso de la lectura labial y propugna una enseñanza de la lectoescritura a través de los métodos fonéticos (ruta fonológica) y utilizando como apoyo la Palabra Complementada.

Si bien la lecto-escritura ya fue abordada con anterioridad, ahora queremos verla contemplando datos que anteriormente no referimos. Son datos que tienen en cuenta el proceso de enseñanza de la lecto-escritura para el sujeto con D.A. signante.

Figura 3.1.7.b. Dificultades en el aprendizaje de la lectura

Principales dificultades en el acceso a la lectura según la competencia lingüística general y según el conocimiento o dominio de la Lengua Oralista.

Los sujetos sordos, durante el procesamiento de la oración,  dedican gran parte de sus recursos de memoria a la codificación fonológica. Sin embargo, Valmaseda y Gómez (1999) mantienen que las dificultades lectoras de los sordos se sitúan tanto en el reconocimiento de las palabras como en la comprensión del texto. Sánchez Hípola, P. (2002) añade los errores cometidos para con la lectura, como puedan ser dificultades en la amplitud de vocabulario, en el escaso conocimiento de la estructura sintáctica, en la comprensión del lenguaje figurativo (metáforas y expresiones idiomáticas), mientras que en caso de la escritura hace mención a la dificultad en la identificación de la palabra escrita y a la aplicación de estrategias para la comprensión de textos.

La sordera afecta al desarrollo cognitivo lingüístico a diferentes niveles:

  • Representaciones fonológicas.
  • Acceso al léxico.

81. Hay que recordar la información ofrecida en el capítulo I en lectoescritura, a la hora de hablar de la ruta visual.

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