2.6. LECTO-ESCRITURA

No deseamos pasar por alto el aprendizaje de la lecto-escritura, puesto que es una de las formas que mayor información aporta al proceso de la comunicación. Consideramos que el progreso del desarrollo del lenguaje ha ido pasando a lo largo de varios niveles de progresión creciente, hasta llegar a la lectura y la escritura. Vamos a tratar la lecto-escritura de forma global, puesto que esta es la forma en que las nuevas tecnologías la abordan, aunque hay de recordar las palabras de Ochoa de Eribe (1988), que le otorgan un mayor carácter de desarrollo y aprendizaje:

“El sistema de procesamiento de la información escrita se realiza analizando la palabra en segmentos a los que se les atribuye un valor fonológico y no un significado. Los segmentos fonológicos así obtenidos van a ser ensamblados dando lugar a la representación fonémica-fonológica abstracta, que está relacionada con los sonidos del habla mediante un sistema complejo de reglas fonológicas. Esta forma de representación da lugar a la identificación de la palabra”.

No entremos en polémica sobre qué perfil deberá de adoptar el especialista que acometa la enseñanza de la lecto-escritura: que si ha de ser conocedor de la psicología, de la pedagogía, que si debiera ser un profesor tutor o le correspondería al logopeda y/o al profesor de apoyo a la integración. Consideremos, sencillamente,  que la enseñanza de la lectura es el nivel último de todo proceso comunicativo, que los especialistas citados están preparados para su enseñanza, pero que el objetivo aquí no es reconocer la veracidad, la privacidad, la fundamentación de uno u otro método de enseñanza, sino el reflexionar sobre el desarrollo que las nuevas tecnologías están aportando a este nivel comunicativo. Tampoco entraremos a decidir la introducción o no de ésta en educación infantil o en primer ciclo de primaria, aunque tal vez comparta la idea de Pilar Alonso (1999), quien señala que leer y escribir es una actividad compleja, con procesos mucho más complejos que la mera decodificación.

Atrás queda ya el programa Babel (43) (Batería de Aprendizajes Básicos y Estimulación Lingüística), que venía contenido en uno de los primeros CD recopilados del PNTIC por el año 1995, donde se generaban de forma automática actividades a partir de un texto escrito. Dichas actividades contribuían a la mejora en la fluidez lectora y escritora.
A día de hoy, tal vez el ámbito lecto-escritor sea uno de los más prolíficos en el desarrollo de métodos y aplicaciones informáticas para su aprendizaje.

Mayer (2004) indica que se han de dar cuatro procesos para que se hable de la adquisición de la lectura.

Figura 2.6.a. Fases previas para la adquisición de la lectoescritura, según Mayer.

Mayer consideraba que antes de acceder a la lectoescritura debieran de adquirir y trabajar el reconocimiento de fonemas, la decodificación de palabras, el acceso al significado y la integración de la oración

Estos procesos se irán analizando a lo largo de este informe al hablar de la adquisición fonológico-fonémica (fonología), de la identificación de la grafía, de la adquisición del léxico (semántica) y de la integración gramatical (morfosintaxis). Por tanto, hablamos de las aplicaciones informáticas que inciden sobre los procesos lecto-escritores, y hay que indicar un acercamiento a otros cuatro ámbitos de actuación, el análisis que la informática va a aportar al establecimiento de los métodos de lecto-escritura, diferenciando entre aquellos que podríamos llamar métodos frente a los que denominaremos “aplicaciones” en lecto-escritura. Y finalmente estableceremos los pasos secuenciales (reflejados en actividades tipo), que nos guiarán en el progreso de la lecto-escritura.
 
Así, deberemos de analizar las aportaciones de las TIC al campo de la lecto-escritura, teniendo en cuenta cuatro ejes de interacción: dos referidos al propio software y dos al sistema de aprendizaje:

Figura 2.6.b. Sistema Interaccional de la influencia de las TIC en el campo de la lectoescritura.

Bajo la forma de una cruz mostramos la influencia de las TIC en la lectoescritura, desde 4 puntos de partida: analizando los aspectos técnicos, el currículo, la metodología y la relación del software-sonido-texto

  • Contemplando los aspectos técnicos y ergonómicos. Este criterio, aunque no es exclusivo del proceso lecto-escritor, sino más bien de cara a mejorar la accesibilidad de los niños con dificultades motoras para afrontar el aprendizaje de la lectura, puesto que persigue el establecimiento de unas condiciones de normalización por medio del establecimiento de materiales o sistemas de acceso o, como nos informa R. Rosas (1995), el programa chileno CantaLetras 2.0, único en la enseñanza de la lectoescritura en deficientes visuales. En el mismo, se apuesta por combinar el manejo, reconocimiento y precisión con los diversos puntos del sistema braille con los aspectos fonológicos del lenguaje. Tal y como vemos en el ejemplo, en dicho programa podremos explorar libremente o de forma guiada el cajetín braille (componiendo letras, formando letras y presentando números escondidos), simular la utilización de la máquina Perkins (formando letras, buscando letras escondidas, presentando los números), escribir en dactilografía de forma espontánea o por medio de dictados. El procedimiento que siguen estos autores es, hasta cierto punto, sencillo puesto que asignan un valor correspondiente a una posición en el cajetín braille a las diversas filas del teclado del ordenador. En su segunda versión, aparecida en el año 2006, han incorporado la Voz Digital en el desplazamiento bajo Windows, al tiempo que se ha le ha dotado de un mayor atractivo y una mayor sencillez en el módulo del Administrador. Es una gran apuesta por adaptar el software a este tipo de alumnado.

Figura 2.6.c. Pantalla y descripción de los apartados de Cantaletras.



Analizamos las unidades de trabajo del programa Cantaletras de R. Rosas



43. Es reciente la investigación del profesor Torres Monreal de la Universidad de Málaga, en la elaboración y desarrollo del Babelwin, aún en fase de experimentación y no disponible para su venta.

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