En la mayoría de los ordenadores personales, la pantalla es el periférico estándar para la salida de la información. En los inicios, la pantalla era en modo texto y mostraba, principalmente, el resultado de procesar la información. En los entornos gráficos actuales con sistemas de ventanas, la pantalla también informa del estado del ordenador y muestra los controles para manejarlo. Es lo que denominamos “interfaz gráfica”.
La interfaz gráfica constituye un lenguaje codificado que ayuda al usuario a identificar donde está y que debe hacer. Su personalización va más allá de la estética. Los iconos demasiado pequeños, los menús ilegibles, o los colores que se confunden, reducen la usabilidad y disminuye el rendimiento del usuario.
Mejorar la visión de los elementos de la pantalla resulta fundamental, y no solamente para aquellos usuarios que tienen limitaciones visuales.
Los sistemas operativos actuales permiten ampliar el tamaño de la pantalla mediante:
- Múltiples monitores que en su conjunto forman una imagen ampliada del escritorio.
- Monitores de gran tamaño ya sea LCD, televisores de plasma o sistemas de proyección.
La configuración de la pantalla determina la claridad de la imagen. Hay dos parámetros básicos:
- El número de colores. Cuando el número de colores es insuficiente el sistema utiliza “tramas” y la imagen pierde calidad.
- El tamaño de la pantalla. Aunque la pantalla no pueda cambiar sus dimensiones físicas en pulgadas o centímetros, sí puede cambiar su resolución, es decir, el número de puntos (píxeles). Al aumentar la resolución de la pantalla, los puntos empequeñecen y disminuye el tamaño de los elementos, aunque mejora su definición. Al disminuir el número de puntos, estos aumentan de tamaño y los objetos crecen, pero pierden definición mostrando un “dentado” característico.
La interfaz gráfica de los ordenadores se basa en un escritorio y un sistema de ventanas compartido por los diferentes programas del ordenador. Los elementos compartidos del sistema gráfico, bordes, colores, fuentes del menú, no se controlan desde cada programa, sino a partir del sistema operativo.
Es posible personalizar individualmente cada uno de los elementos de las ventanas, la apariencia en terminología Windows, o escoger un diseño de ventanas ya elaborado, un tema o “combinación de pantalla”. Existen temas denominados “blanco alto contraste extra grande”, “negro alto contraste extra grande”, o nombres similares, especialmente diseñados para personas con baja visión.
En Windows se configuran desde el Panel de control | Pantalla. Allí encontramos las etiquetas:
- Configuración: determina la resolución y el rango de colores.
- Presentación: contiene la mayoría de los aspectos gráficos de las ventanas:
- Combinación de colores: con algunas combinaciones de alto contraste.
- Tamaño de la letra: podemos escoger entre tres tamaños.
- Efectos: tendremos, entre otras opciones, la posibilidad de utilizar iconos grandes.
- Apariencia: permite confirmar una a una las características gráficas, color, tamaño, tipografía, de los elementos que componen el escritorio y las ventanas.
Tabla 5.3.1.1.a. Tabla de elementos del escritorio Windows que se pueden personalizar
Barra de desplazamiento |
Barra de título activa |
Barra de título inactiva |
Borde ventana activa |
Borde ventana inactiva |
Botones de( la barra) de título |
Cuadros de mensaje |
Elementos seleccionados |
Escritorio |
Icono |
Espacio entre iconos (vertical) |
Fondo de la aplicación |
Espacio entre iconos (Horizontal) |
Información sobre herramientas |
Menú |
Objetos 3D |
Título de la paleta |
Ventana |
- Escritorio configura la apariencia del escritorio: fondo, protector de pantalla, web,efectos.Esta última opción permite seleccionar y cambiar los iconos que Windows muestra en el escritorio: la Papelera, Mis documentos, Mis sitios en la red...
Windows también incluye opciones de alto contraste para las personas con baja visión. Se configuran y activan desde el Panel de control | Opciones de Accesibilidad | Pantalla.
En Linux las opciones para personalizar la interfaz gráfica se encuentran en “preferencias del escritorio”. Aquí están distribuidas entre varias etiquetas:
- Resolución de pantalla. Determina el tamaño del escritorio.
- Tapiz. Personaliza la imagen y los colores del fondo del escritorio.
- Temas del Escritorio. Modifica colores y tamaños de algunos elementos de la interfaz gráfica: controles, borde de la ventana, iconos. También incorpora alguna combinación diseñada para usuarios con déficit visual como “alto contraste”, “alto contraste invertido”.
- Tipografía. Determina el tipo y el tamaño de la letra de las aplicaciones, del escritorio y los menús.
El cursor del ratón, o mejor dicho de la pantalla, también forma parte de la interfaz gráfica. Cuando el cursor se visualiza como una flecha, un reloj, una mano, una cruz, etc., el usuario sabe si puede pinchar o debe esperar.
El cursor es un código de 14 formas distintas, o punteros, que indican opciones del programa y procesos del ordenador. Es aconsejable cambiar la forma de los punteros para mejorar su visibilidad o facilitar la comprensión de su significado.
En Windows los punteros pueden ser estáticos o animados según sea el fichero es CUR, ICO, o ANI. Todos los punteros tienen igual tamaño 32 x 32 puntos. Parecen más grandes o más pequeños en función de la zona transparente que tengan.
Los punteros se modifican desde el Panel de control | Ratón | Punteros. Cada puntero del cursor se puede cambiar individualmente señalándolo y navegando hasta encontrar el nuevo fichero. También se pueden cambiar todos los punteros de una tajada, lo que se denomina una “combinación”. Las combinaciones llamadas “e stándar Windows grande” y “estándar Windows enorme” están destinadas a personas con baja visión.
En Linux la forma y tamaño de los cursores se personalizan desde el Preferencias del escritorio | Ratón | Cursores, donde podremos escoger entre los cursores instalados. |