4. TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN Y DISCAPACIDAD MOTÓRICA.


Antonio Guerra Álvarez .
Orientador y Coordinador del Área de Recursos del ETCP de Córdoba.

4.1. INTRODUCCIÓN.

En los últimos años, las tecnologías de la información y la comunicación han irrumpido con fuerza en el universo escolar y educativo, dando lugar a la génesis de una nueva revolución que afecta a la propia concepción de la escuela, e incrementa, de manera exponencial, las posibilidades comunicativas y de exploración de la realidad que hasta ahora tenía nuestro alumnado. Las TIC han generado, asimismo un nuevo universo social que está modificando nuestra propia manera de percibir el mundo, y se han convertido en una herramienta de trabajo de primera magnitud.
Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación suponen, sin duda, una herramienta extraordinaria para la mejora del rendimiento escolar, contribuyen al incremento de las posibilidades de comunicación, de relación y de interacción con el entorno del alumnado con necesidades educativas especiales,  pero, a la vez, aumentan el riesgo de discriminación para este alumnado que, de no tener las mismas posibilidades de acceso que el resto de la población, pueden sufrir las consecuencias de la brecha digital que se genera. A nuestro modo de ver, la clave para contrarrestar este riesgo es, sin lugar a dudas, la accesibilidad. Si no conseguimos hacer las tecnologías accesibles no estamos reconociendo un principio básico de las sociedades democráticas: la igualdad de oportunidades.

El papel mediador de las TIC con respecto al alumnado con discapacidad o con necesidades educativas especiales tiene como consecuencia el aumento de su funcionalidad en aspectos relacionados con la comunicación, el acceso a la información, el desarrollo cognitivo, la adaptación, el incremento de autonomía en la interacción con el entorno, el aumento de las posibilidades de ocio, o, más tarde, la realización  de actividades relacionadas con el mundo prelaboral o laboral. Por ello, en el ámbito educativo, los ordenadores deben convertirse en un elemento de normalización y de integración, nunca en un fin en sí mismos (Prendes, 2000).
Previa a cualquier consideración, conviene hacer una diferenciación entre los conceptos de deficiencia, discapacidad y minusvalía, términos que en el lenguaje ordinario se emplean como sinónimos pero que reflejan realidades diferentes:

  • Deficiencia: En el ámbito de la salud, una deficiencia es toda pérdida o anormalidad de una estructura o función psicológica, fisiológica o anatómica.
  • Discapacidad: Es toda restricción o ausencia (debida a una deficiencia) de la capacidad de realizar una actividad en la forma y dentro del margen que se considera normal para un ser humano.
  • Minusvalía: Es una situación desventajosa para un individuo determinado, consecuencia de una deficiencia o de una discapacidad, que limita o impide el desempeño de un rol que es normal en su caso (en función de la edad, el sexo y factores sociales y culturales). Refleja consecuencias culturales, sociales, económicas y ambientales que para el individuo se derivan de la presencia de la deficiencia y la discapacidad.

En el ámbito que nos ocupa, podemos considerar que la minusvalía es un concepto que está ligado, básicamente, a la ergonomía, en la medida que aparece cuando las personas con discapacidad interaccionan con el entorno, en el marco que proporciona una situación concreta. En nuestro caso, la interacción con los ordenadores.
En términos generales podemos definir la ergonomía como una disciplina científica de carácter interdisciplinar centrada en el sistema persona-máquina, cuyo objetivo consiste en la adaptación  del ambiente o las condiciones de trabajo a la persona, con el objetivo de conseguir la mejor armonía posible entre las condiciones óptimas de confort y la eficacia productiva.
En el siguiente capítulo realizaremos un breve recorrido por los aspectos que rodean a la discapacidad motórica y las ayudas técnicas que posibilitan el acceso a los ordenadores en el contexto educativo.

4.2. DISCAPACIDAD MOTÓRICA.

Antes de entrar de lleno en el tema conviene hacer una revisión conceptual de la discapacidad motórica y las alteraciones que con mayor frecuencia se presentan en la escuela. Desde el punto de vista que nos ofrece el actual paradigma educativo centrado en el concepto de necesidades educativas especiales, consideramos que el alumnado con discapacidad motórica comprende un amplio abanico de niños y niñas que oscila desde aquellos que las presentan como consecuencia de alteraciones óseas o articulares hasta aquellas que se derivan de lesiones del sistema nervioso central, como es el caso de los niños y niñas afectados por parálisis cerebral o espina bífida. Es preciso establecer una definición que permita unificar lo que podemos entender por discapacidad motórica: niño/a deficiente motórico/a es aquel que presenta, de manera transitoria o permanente, alguna alteración en su aparato motor, debido a un deficiente funcionamiento en el sistema óseo articular, muscular y/ o nervioso, y que en grados variables limita alguna de las actividades que pueden realizar el resto de los niños de su misma edad (Martin-Caro & Junoy, 2001).

4.2.1. Clasificación de la discapacidad motórica.

Consideramos, en este punto, de obligada referencia la clasificación propuesta en 1985 por el Dr. Miguel Toledo y que el propio autor revisó en el año 2000, (citada en (VVAA, 2003):

Malformaciones congénitas:
  • Luxación congénita de cadera.
  • Malformación congénita de miembros.
  • Malformación congénita de la columna vertebral.
  • Artrogriposis.

Afecciones congénitas sistémicas o generalizadas del esqueleto:

  • Osteogénesis imperfecta.
  • Acondroplasia.
  • Osteocondrodistrofias (Morquio, etc..)

Osteocondrosis:

  • Enfermedad de Perthes.
  • Enfermedad de Scheurman.

Afecciones articulares:

  • Artritis.
  • Artrosis.

Afecciones neuromusculares:

  • Parálisis cerebral.
  • Espina bífida.
  • Distrofias musculares.
  • Afecciones de nervios periféricos, parálisis obstétricas.

Otras afecciones neurológicas:

  • Esclerosis múltiple.
  • E.L.A.
  • Poliomielitis.

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