En resumen, y para concluir con este apartado, quisiéramos señalar que aún cuando la digitalización de los archivos audiovisuales ofrece grandes oportunidades y ventajas, existen todavía múltiples riesgos e inconvenientes de los soportes digitales, entre los que podemos citar los siguientes:

  • Fragilidad del soporte

Los soportes digitales más fiables, y que se encuentran disponibles comercialmente hoy día, tienen una duración garantizada de 50 años. Además es la duración de vida que se exige, por ejemplo, en la Biblioteca Nacional de Francia para los discos digitales fabricados en vidrio. No obstante, esta duración es muy limitada en relación con la del papel y, sobre todo, cuando el soporte de vidrio de alta gama, no es accesible para todo los archivos por razón de costo.

  • Equipamiento necesario para la lectura

Solo los escritos en papel ofrecen una lectura inmediata, ya que todo documento bajo formas digitales requiere de un equipo tecnológico lector específico para poder ser consultado cuantas veces se desee o se necesite. Pero, también habrá que tener en cuenta las inversiones financieras que se requieren para actualizar o renovar los equipos tecnológicos de lectura, o bien para transferir los datos o contenidos a otros futuros soportes.

  • Transferencia de contenidos a otros soportes

La evolución de los soportes implica una evolución de los materiales que los componen (a menos que no sea a la inversa); todo soporte antiguo deberá ser regularmente transferido a soportes recientes y adecuados, a pesar de los riesgos ligados a migraciones recurrentes.

  • Vigilancia de los soportes

Contrariamente al soporte papel, donde los controles visuales permiten detectar eventuales alteraciones, con el soporte digital no se puede hacer una detección preventiva de su degradación, ni tampoco una revisión frecuente sobre el estado de conservación de documentos electrónicos muy sensibles por su lectura. Estos controles deberían permitir detectar el envejecimiento prematuro de los diferentes tipos de soportes, y así lograr una correcta transferencia sobre soportes nuevos. Los soportes electrónicos que se dañen serán en la mayor parte de los casos, contenidos irrecuperables, y por lo tanto, datos totalmente perdidos.

  • Riesgos ligados al volumen de informaciones producidas

Tan sólo en los últimos 50 años, se han producido más información y documentación que durante toda la historia de la humanidad. Ante la gran cantidad de información que existe actualmente archivada, la búsqueda de documentos se vuelve complicada. Debido a que el soporte digital ofrece una gran capacidad de almacenamiento, es muy posible que se desprecie cualquier operación selectiva que se desarrolla habitualmente cuando se incorporan en los archivos documentos impresos y en papel. En efecto, los servicios de archivos actuales, ya sobrecargados por una gran cantidad de documentos a ser tratados, catalogados y almacenados, muy a menudo sin índices, y que contienen informaciones muy dispares, a veces no se pueden acceder y consultar ni por el material informático utilizado.

  • Efectos perversos en la miniaturización de los soportes

La miniaturización tiene también sus inconvenientes. Entre los millones de discos digitales que se graben o se quemen en los años venideros, ¿Cómo va a ser posible encontrar un disco CD-Rom, si se encuentra mal colocado y/o catalogado? Cualquier responsable de archivos puede confirmar que, en la inmensidad de un depósito de documentos, una mala clasificación equivale a una pérdida. Hoy día perder un CD-Rom equivale a la destrucción de miles de páginas impresas; pero mañana, debido a la propia evolución de la tecnología digital, se podrán tener tal vez un millón de documentos en un solo soporte que si no se encuentra bien catalogado, lamentablemente se perderían al mismo tiempo.

  • Nuevas competencias profesionales del personal

Finalmente, es evidente que las profesiones de los responsables de los archivos audiovisuales van a requerir de nuevas competencias profesionales informáticas, las más avanzadas; no solamente personas especialistas en documentación, ciencias sociales y humanas, sino que manejen todos aquellos conocimientos, capacidades, métodos y técnicas que les permita utilizar los sistemas digitales de archivos audiovisuales. Se trata no de que adquieran habilidades y competencias para conservar o proteger los archivos audiovisuales contra el tiempo, medio ambiente, el agua, el fuego o los insectos como tiempos anteriores, sino actuar y desarrollar procedimientos complejos que permitan conservar documentos virtuales con información digital.

Ante estos riesgos, y otros que seguramente deberán de existir, se debería realizar una profunda reflexión para definir para cada tipo de archivo, el soporte más conveniente o el que mejor se adapta a sus particularidades. En el estado actual de las técnicas, ¿no es todavía muy prematuro decidir sobre el lugar y el soporte futuro, digital o no, que deben tener los documentos originales? La conservación a largo plazo (más de 100 años por ejemplo) es muy importante para elegir soportes digitales aún frágiles para tal tarea(50).


50.Los responsables de los archivos saben que muchos de sus acervos o fondos tienen a veces miles de documentos a su custodia de los siglos pasados, y cuando son en papel sienten satisfacción por la excelente calidad de su conservación a pesar de los cientos de años transcurridos. El papel no ha perdido su textura, ni la tinta su color; y a veces sin estos archivos no se podría generar, ni publicar nuevos documentos sobre los temas tratados como investigaciones o estudios históricos. ¿Podrá suceder lo mismo con la documentación digital del Siglo XXI? Toda producción actual de documentos deberá pasar primero a través de la selección sucesiva para eliminar archivos sin interés; y después transferirlos varias veces en soportes nuevos. Además, como la información digital es muy volátil, cada operación de transferencia presenta riesgos. Tan sólo con que un soporte se altere para perder la totalidad de las informaciones que contenga. Op. cit. 2.

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