4.3.5.
Educación para el consumo
Aunque
se trata de una unidad didáctica todavía en fase de gestación, está
claro que los anuncios publicitarios pueden ser un material de incuestionable
valor para educar a los alumnos en una conciencia crítica frente
a la presión de la sociedad consumista. Por tanto, la publicidad
tiene aquí una utilidad didáctica maravillosa, siempre y cuando
se sepa enfocar bien el uso de esos mensajes comerciales.
El
artículo de Miguel Angel Biasutto, "Dime qué compras y te diré cómo
piensas" (89), es un buen ejemplo de ello. El
autor incide en la generalización del consumo para la ostentación,
y señala en su trabajo que "el consumo es una actividad que ha dejado
de ser un sencillo acto que cubría las necesidades reales de los
individuos, para transformarse en un complejo proceso de interacción
social".
4.4.
Métodos de análisis de la publicidad en el aula.
Son
abundantes las propuestas metodológicas para enseñar al niño a estudiar,
ver y analizar la publicidad. En las intrincadas relaciones entre
publicidad y educación, si algún aspecto ha sido suficientemente
trabajado por la bibliografía científica es ciertamente éste: el
diseño de métodos de análisis de spots televisivos o anuncios impresos.
Normalmente son diseños elaborados por profesores de enseñanza primaria
o media, que se sirven de su contacto diario con niños y adolescentes
para verificar la validez de sus propuestas.
Una
de las más interesantes es la de José Antonio Gabelas Barroso (90),
profesor de secundaria en el Colegio Santa Engracia de Zaragoza,
que sugiere cinco campos de análisis (actividades escolares adaptables
a varias asignaturas) para que el niño entienda los mecanismos persuasivos
de la publicidad y desarrolle un sano espíritu crítico frente a
los mensajes comerciales:
1.
Información y estética: Esta primera actividad va encaminada a analizar
el mensaje publicitario, siguiendo el método dual de la escuela
de Moles, diferenciando en el anuncio la parte semántica de la estética.
Se trata de que los alumnos puedan valorar las características informativas
(p. ej.: en un coche, la cilindrada, el consumo, la velocidad, etc.)
con independencia de otros valores marginales (prestigio, independencia,
distinción).
2.
Detectar el mensaje oculto. La actividad consiste en mostrar en
el aula una serie de anuncios y tratar de averiguar a quiénes van
dirigidos: el perfil del destinatario, cómo se adapta a los gustos
del público, etc.
3.
Historia del producto. Un refresco, un perfume o unos vaqueros se
envuelven en la publicidad en una historia que -con frecuencia-
nada tiene que ver con el producto. La actividad propuesta es, por
tanto, observar la historia desde la cual se "cuenta" el producto:
señalar aquellos aspectos, detalles y momentos que hacen que no
sea la historia de un producto, sino un producto rodeado de una
historia. Interesa valorar la situación, los personajes, la topología
de éstos y el papel que desempeña cada uno tanto en el relato como
la resolución del conflicto.
4.
El anuncio y la realidad. En esta actividad, los alumnos analizaran
las diferencias entre el producto tal y como se muestra en la publicidad
en relación a cómo es en la realidad: cuando lo compramos y lo usamos
en nuestras vidas. Se trata de que aprecien las enormes diferencias
del artículo que consumimos y ese mismo artículo en la fantasía
publicitaria. Como complemento, es interesante que los alumnos lleven
etiquetas de los productos, envases, precios, ingredientes... para
que sean capaces de hacerse más directamente con su realidad y su
"materialidad".
5.
La creación del contra-anuncio. Para realizar esta actividad, los
alumnos deben estar ya introducidos en el entorno publicitario,
puesto que se trata de escoger el anuncio que más les guste, analizar
sus mecanismos y crear uno que diga todo lo opuesto. Esto supone:
la comprensión de a quiénes va dirigido, la determinación de la
estrategia, la disección de lo informativo y lo estético, y la valoración
de sus aspectos narrativos (historia, personajes, ambientes, temas).
6.
Somos una agencia de publicidad. Seria el último eslabón, se trataría
de lanzar al mercado un producto que no existe, estudiar las posibilidades
de venta, a quién se dirige, los medios que se emplearían en la
campaña, etc.
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