8.2.2.1.
Tendencias tradicionales en la organización de los medios y recursos
tecnológico-didácticos
La
literatura científica generada a partir de la promulgación de las
Leyes Orgánicas del Derecho a la Educación (LODE), de Ordenación
General del Sistema Educativo (LOGSE) y de Participación, Evaluación
y Gobierno (LOPEGCE) continua recomendando a los legisladores de
creación estas instancias tecnológicas.
Así,
Concepción Ciscar y Mª Esther Uría insisten en su manual de Organización
Escolar y Acción Directiva (1986) en la necesidad de dotar a los
centros de un Departamento de Tecnología y Recursos concebido como
"lugar de estudio y trabajo donde se guardan los materiales y equipos
didácticos, donde se utilizan preferentemente alguno de ellos y
donde a través de los mismos se pueden realizar además distintas
modalidades de trabajo en equipo... Todo Departamento de Recursos
organiza y coordina los equipos didácticos, los medios audiovisuales,
la biblioteca, así como el resto de materiales que disponga el centro"
(pág. 300).
Igualmente
Joaquín Gairín y Pere Darver, en su manual sobre Organización
de Centros Educativos (1994, 172) sugieren que, mientras
que debe existir un material didáctico de clase (imprescindible
para ella a lo largo de toda una jornada), el material común de
uso esporádico por una o varias clases debe estar disponible en
un "Centro de Recursos Colegiales", también llamados "Centros de
Medios Instructivos o Mediatecas"... "El Centro de Recursos centraliza
toda la información, y de él dependen la Sala de Medios Audiovisuales,
la Biblioteca, los laboratorios, etc. (pág.. 173).
Florentino Blazquez y Francisco Martínez (1995) basándose en los
estudios de Concha Vidorreta (1982), apuestan, al igual que los
anteriores, por la creación de los denominados Centros de Recursos
asignándoles como significados esenciales la docencia y la investigación:
-
Con relación a la docencia, el C. de R. debe no sólo ocuparse de
facilitar los medios didácticos necesarios sino que ha de proporcionar
la enseñanza requerida para una incorporación, técnicamente correcta,
dentro de un plan de trabajo.
-
Con respecto a la investigación, es la premisa requerida para hacer
posible la anterior. Los C. de R. deben desarrollar investigaciones
propias, que les proporcionen el conocimiento necesario, para abordar
tanto la producción como la enseñanza de los medios, de forma adecuada
al contexto en que esté ubicado (pág.. 448).
A
la hora de concretar las funciones de los C. de R. estos investigadores
distinguen entre los denominados "Centros de Recursos Colegiales
y los Intercolegiales". Los primeros están al servicio de un sólo
centro, centralizando los recursos del mismo y disponiendo las condiciones
adecuadas para el trabajo de profesores y alumnos (se centran tanto
o más en la facilitación del aprendizaje de los alumnos). Los de
carácter intercolegial estarían orientados a los profesores de una
determinada zona (localidad, provincia o región) y atenderían tareas
de préstamo, elaboración de materiales, formación del profesorado,
etc. (pág..450).
Las
investigaciones de Manuel Lorenzo (1996) vienen a reforzar este
clamor generalizado sobre la necesidad de dotar a los Centros y
Comarcas Educativas de Centros de Recursos Didácticos. Convencido
promotor de la concepción ecosistémica de la realidad escolar y
de la importancia de la tecnología en el funcionamiento y regulación
de las relaciones entre las diversas poblaciones del mismo, Lorenzo
Delgado, afirma que "el ecosistema genera instrumentos y estrategias
cuyo papel en relación con la energía es variado ya que estos:
·
Posibilitan el necesario depósito y almacenamiento, en soportes,
y en las condiciones adecuadas, de la energía circular formativa.
·
Apoyan y potencian esta transmisión energética.
·
Facilitan su intercambio y distribución entre las unidades organizativas
y los grupos de población.
·
Aumentan la capacidad y disponibilidad formativa del ecosistema
para ser usada en casos pertinentes" (pág. 14).
El
mencionado investigador propone tres soluciones significativas al
problema de la organización de los recursos didácticos:
1.
Los talleres y rincones, que funcionando a nivel de aula o de ciclo,
y de clara inspiración freinetiana, facilitan la unión "in situ"
de la teoría y la práctica, favoreciendo la creatividad mediante
la reflexión en la acción y, vehiculan con facilidad la investigación
en el aula, la individualización y la personalización de los aprendizajes.
2. El Departamento de Actividades Complementarias y extraescolares,
que inspirado en la figura de los departamentos dedicados a la infraestructura
y a la organización de recursos (Lorenzo, 1985), integra entre sus
competencias y campos de acción lo que puede llamarse indistintamente:
aula de recursos, sala de usos múltiples, mediateca o centro de
recursos colegial.
3. El Centro de Recursos Zonal especializado en tareas de investigación,
documentación y producción de materiales (pp. 16-34)
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