Esta concepción sitúa a la tecnología como una categoría envolvente conceptualmente tanto de los medios como de los recursos didácticos que han de mejorar la eficiencia comunicacional de los complejos procesos que acontecen a diario en el seno de la comunidad escolar.

Analizaremos en este apartado de nuestra reflexión la situación de los espacios, medios didácticos y las tecnologías aplicables a la educación existentes en la generalidad de los centros educativos ordinarios, para ofrecer, posteriormente, una propuesta basada en la necesidad de optimizar la organización y utilización de los medios y las tecnologías.

En la mayor parte de los centros educativos los recursos didácticos y las tecnologías se encuentran almacenadas en uno o varios espacios (laboratorios, almacén, despachos, seminarios, clases, etc.) siendo responsables de su custodia los conserjes, profesores, jefes de seminario, secretario, jefe de estudios y director. Tal dilución de localizaciones y responsabilidades genera multitud de obstáculos y barreras que afectan en muchos casos a la frecuencia de utilización, el estado funcional, la modernización y la producción e investigación tecnológico-didáctica.

Son escasos los centros docentes que disponen de personal cualificado para realizar las tareas de mantenimiento de los medios tecnológicos (limpieza, sustitución de lámparas, mantenimiento adecuado de los sistemas de alimentación eléctrica, realización de ajustes ópticos o mecánicos, etc). Tal circunstancia produce frecuentemente consecuencias tales como:

- Deterioro rápido de los sistemas electrónicos y ópticos con la consiguiente reducción de la vida útil del medio tecnológico.

- Almacenamiento y desuso de aparatos que, teniendo pequeñas averías (enchufes y clavijas que sustituir, soldaduras que reforzar, objetivos que limpiar, ejes ópticos que ajustar, etc.) nadie se ocupa de volver a poner en uso.

- Despreocupación por la reparación de aparatos que han sufrido averías de mayor envergadura (eléctricas, electrónicas y mecánicas) que requieren el traslado de los mismos a talleres especializados o envío a los servicios técnicos. Tal despreocupación alarga los tiempos de reparación lo que produce malestar entre los miembros de la comunidad educativa que tras solicitar, en diversas ocasiones, el uso del aparato averiado acaban por desinteresarse y prescindir de su uso curricular.

- Encarecimiento de los gastos de reparación por desconocer los servicios técnicos más competitivos en cada momento.

- Imposibilidad de reparar las averías, producida por la inexistencia en el centro de recambio de las piezas que se deterioran con mayor frecuencia (puntos débiles de cada aparato) antes que desaparezcan del mercado.

Igualmente son escasos los centros que disponen de algún profesional especializado responsable de analizar las novedades que anualmente se producen en la industria de los medios tecnológicos, materiales de paso y software. Tal circunstancia produce una pronta obsolescencia de parte del parque tecnológico a la par que produce cierta despreocupación a la hora de prever las partidas presupuestarias anuales que deberían dedicarse a renovar tal parque en cuyo proceso de financiación pueden colaborar la asociación de padres y otras entidades del entorno del centro.

Las diversas fórmulas de organización y gestión diluida de medios y recursos tecnológico-didácticos suelen producir genéricamente una escasa o nula actividad productora e investigadora. En nuestras investigaciones hemos podido detectar algunos factores que favorecen esta escasez de producción:

* Falta de dominio por parte de profesores, alumnos y padres de los lenguajes propios de los medios tecnológicos (visual, sonoro, audiovisual y digital) y del aparataje específico de cada medio.

* Inexistencia de espacios apropiados para la producción de documentos visuales (periódicos, diapositivas, fotografías), sonoros (programas de radio, bandas sonoras, locuciones), audiovisuales (diaporamas y videoramas) y digitales (Bases de datos, procesadores de texto, hojas de cálculo, diseño gráfico, animación y navegación por redes) tales como una cabina insonora, estudios para la práctica de fotografía y filmaciones en vídeo, laboratorio fotográfico, aula digital, salón de actos, etc.

* Escasez de aparatos apropiados para la producción de materiales didácticos (cámara fotográfica, camascopio de vídeo, magnetoscopios, mesas producción y montaje de vídeo, mesa mezcladora de sonido, aparatos de grabación y reproducción de sonido (magnetófono y lector de discos), unidades de fundido de imágenes, ordenadores multimedia, grabadora de CD-ROM, etc.

* Escasa concienciación de profesores y padres sobre la necesidad de insertar en el currículo el trabajo con los medios de comunicación (prensa, radio, televisión y redes telemáticas) y de investigar sobre la optimización didáctica del uso de las tecnologías.

* Escasa preocupación de las Administraciones Educativa (nacional, autonómica y universitaria) por formar al profesorado en todo aquello que favorezca la integración curricular de las tecnologías audiovisuales y digitales y de los medios de comunicación.

* Deficiente dotación inicial y escasa renovación periódica de los medios tecnológicos existentes en los centros por parte de la Administración Educativa competente.

 
retroceder avanzar