La
LOCE (Ley Orgánica de Calidad de la Educación, 2002)
en su Artículo 12.1, indica que la finalidad de la Educación
Infantil es el desarrollo físico, intelectual, afectivo,
social y moral de los niños, debiendo cooperar los centros
educativos estrechamente con los padres ayudándoles a ejercer
su responsabilidad.
La LOCE formula,
en su Título Preliminar, los principios básicos que
fundamentan las medidas para elevar la calidad de la educación,
entendiendo que todas se sustentan en el reconocimiento de los derechos
y deberes que asisten a los alumnos y a los padres y en la garantía
de las condiciones básicas de igualdad en el ejercicio del
derecho a la educación.
De este modo,
cuando la LOCE se refiere a los derechos y deberes de padres y alumnos
nos recuerda que son los padres los primeros responsables de la
educación de sus hijos, les corresponde el conocer y apoyar
la evolución de su proceso educativo, en colaboración
con los profesores y los centros; estimular a sus hijos para que
lleven a cabo las actividades de estudio o fomentar el respeto por
todos los componentes de la comunidad educativa, entre otras.
Por lo tanto,
observamos como en la legislación española y en cuanto
a los tramos de edad correspondientes a la educación infantil,
se insiste en la corresponsabilidad de la educación de padres
e instituciones educativas, debiendo establecer y fomentar la colaboración
y la participación de los padres en el proceso educativo
de sus hijos.
Los niños
de educación infantil se encuentren una etapa decisiva para
su vida ya que han de alcanzar objetivos tales como observar y explorar
su entorno familiar, social y natural; relacionarse con los demás
y aprender las pautas elementales de convivencia, adquirir una progresiva
autonomía en sus actividades habituales. o desarrollar sus
habilidades comunicativas orales e iniciarse en el aprendizaje de
la lectura y de la escritura. Es evidente que en la actualidad y
en bastantes hogares y centros educativos los niños y niñas,
desde edades tempranas están entrando en contacto con las
TIC y comienzan a jugar con Internet, por ello se hace más
necesaria la colaboración entre padres y educadores para
llegar a utilizar las nuevas tecnologías de la información
y de la comunicación como un recurso educativo más,
tanto en el periodo lectivo como en el extraescolar.
Si
el diálogo intergeneracional entre padres e hijos es un ejercicio
de comunicación necesario y obligado, en relación
con el uso de las TIC, éste debe de continuar con los hijos
y no quedarse en las edades tempranas; ya que como afirmó
Senén Barro (8), Rector
de la Universidad de Santiago, el creciente peso de las Tecnologías
de la Información y la Comunicación "hace de
la formación en capital humano no sólo una inversión
con una alta tasa de retorno sino además un medio de reducción
de desigualdades y de superación de la inercia intergeneracional".
Los nuevos contextos
comunicacionales y educativos han de ser un producto de la colaboración
entre organizaciones, instituciones y ciudadanía, y a su
vez, estos se han de beneficiar y fortalecer democráticamente
en nuestra sociedad, y de forma global, en la "Sociedad de
la Información". Las buenas prácticas en Internet
y con las TIC han de ser un ejercicio de responsabilidad compartida,
conducente al mismo tiempo a reducir de la brecha digital y la apuesta
por las TIC como vía de intercambio para la creación
de nuevas oportunidades educativas y formativas, y espacialmente
para ayudar a los sectores más desfavorecidos a salir de
la situación de riesgo de exclusión social o que se
cuentan de hecho como excluidos.
El diálogo intergeneracional nos ha de llevar a adoptar el
compromiso global de velar por los contenidos ofrecidos por las
TIC así como por su calidad. En esta línea de trabajo
se encuadra Etic@net (9)
al tratar de ofrecer trabajos científicamente fundados, que
ayuden a profundizar en las diversas dimensiones de la aplicación
de los medios y las tecnologías a la educación, con
especial incidencia en las cuestiones derivadas de la evaluación
de la calidad ética, estética y científica
de los contenidos, con carácter científico y divulgativo.
La participación activa en la sensibilización sobre
los derechos y deberes individuales de los miembros de la sociedad,
en el fomento de la solidaridad social y el diálogo intergeneracional
e intercultural ha de repercutir en el aprovechamiento de la experiencia
de los ciudadanos de edad avanzada para el aprendizaje permanente,
la protección del medio ambiente y del patrimonio cultural,
etc.; y, como no, para el fomento del uso de las TIC, la reducción
de la brecha digital y la separación entre "inforricos"
e "infopobres" (Mayor, 2000).
A los profesionales
de la educación nos debe de preocupar la persona, con independencia
de su edad, como elemento valioso en los procesos de enseñanza
y de aprendizaje, y sobre todo, para impulsar su promoción
integral, asegurando a la vez su salud física, psíquica
y social, desde el diálogo intergeneracional; potenciado
pos los beneficios que aportan Internet y las TIC.
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