A
pesar de las diferencias de edad, cultura, procedencia étnica,
genero, etc. tenemos todos derecho a acceder a sistemas de comunicación,
de formación y de educación -presencial y a distancia-
para poder mejorar nuestros métodos de aprendizaje personal
e intergeneracional, como ciudadanos en la sociedad de la información.
Desde las instituciones
educativas se ha de trabajar por el fomento del diálogo intergeneracional,
diálogo que se puede ver beneficiado con el empleo de las
TIC. La familia como institución educativa por excelencia,
puede ser el contexto idóneo para que padre e hijos comiencen
a dialogar, a compartir su tiempo y a evitar el distanciamiento
generacional que tradicionalmente se había venido basando
en la experiencia acumulada de los padres, frente a inexperiencia
de los hijos. En la actualidad esto no tiene sentido.
En la mayoría
de los hogares, los hijos se han introducido en las TIC antes que
sus padres y es importante para preservar la educación con
mayúsculas y en ciertos casos, la seguridad de los hijos
cuando navegan por Internet. Se hace necesario que se potencie el
diálogo intergeneracional entre padres e hijos cuando se
navega por la red y sobre todo, que los padres conozcan cuáles
son los contenidos que presentan los sitios Web visitados por sus
hijos o cuáles son los lugares en los que sus hijos interaccionan
-chatean-; no para fiscalizar y sí para orientar, guiar,
aconsejar, contribuir a la promoción de valores, etc.
No todo es valioso
en Internet y por supuesto, tampoco es educativo. En ocasiones nos
podemos encontrar en la Web páginas de contenido erótico,
violento, xenófobo, pedófilo, etc., lo cuales no contribuyen
a mejorar la educación de nuestros hijos, a su crecimiento
personal ni a su formación integral; debiendo ser estas situaciones
denunciadas. Por desgracia, la legislación va por detrás
de las necesidades y de las realidades en la actualidad, mostrando
la administración su falta de agilidad para adaptarse a situaciones
nuevas, contrarias al ordenamiento jurídico o a las finalidades
de cada sistema educativo.
El hombre se
ha caracterizado por el uso de herramientas desde épocas
prehistóricas, pero también es cierto que éstas
han sido utilizadas a lo largo del tiempo para alcanzar finalidades
de distinto signo -positivas y negativas- y no siempre aceptables
éticamente. Su capacidad de conocimiento, de indagación
y experimentación ha llevado a la mejora sustancial de la
calidad de vida y del intercambio de conocimiento. En la actualidad,
Internet permite la rápida difusión e intercambio
de conocimientos, la colaboración y la cooperación
entre personas de distintas edades, sexos, contextos geográficos,
culturas, etnias, etc.
Para
favorecer el manejo de las nuevas herramientas que proporcionan
las TIC de forma responsable e intergeneracional, surgen iniciativas
como las de la Asociación para la Promoción de Actividades
Socioculturales (APAS)(7)
con la edición de una guía para iniciar a padres e
hijos en el uso del ordenador y de Internet, en la que se describen
los primeros pasos en la era digital, con consejos y orientaciones
para elegir el ordenador más adecuado a las necesidades de
cada uno; la descripción de la red e información necesaria
para conectarse a Internet y empezar a navegar, para terminar con
un capítulo dedicado a cómo los padres con sus hijos
de manera responsable. Esta guía hace un llamamiento al acercamiento
y de manera asequible, sin perder el punto de vista pedagógico
y dando recomendaciones de seguridad y mecanismos de control.
La Constitución
española ha atribuido a todos los españoles el derecho
a la educación y la Ley de Ordenación General del
Sistema Educativo Orgánica (LOGSE, 1995) especialmente, en
el Artículo 2.3.b, en su título preliminar ya apunta
que la tarea educativa es una labor compartida en la que deben participar
y colaborar los padres o tutores para contribuir a la mejor consecución
de los objetivos educativos. En este sentido, la LOGSE ya contemplaba
(Capítulo 1º, Artículo 7.1) en relación
a la Educación Infantil la cooperación estrecha con
los padres o tutores a fin de tener en cuenta la responsabilidad
fundamental de éstos en dicha etapa educativa.
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