2.7.3. La organización de los medios didácticos y las tecnologías

Las diversas fórmulas de organización curricular que se han referenciado (disciplinar y globalizada/interdisciplinar) y la pluralidad de estrategias metodológicas que su desarrollo comporta exigen una especial organización de los materiales tecnológico-curriculares. Las propuestas de organización ecocomunitaria de los medios y las tecnologías que hemos realizado en otro lugar (Ortega, 1997) son especialmente aplicables en los centros de educación de personas adultas ya que, además de crear una mediateca como unidad organizativa de los materiales curriculares construyen un entramado tecnológico favorecedor de la comunicación intracomunitaria (permitiendo la difusión e intercambio de información entre las diversas subcomunidades formativas (ciclos, grupos, módulos, talleres, asociación de alumnos, etc.) e intercomunitaria (del centro con la localidad, barrio, instituciones, empresas, asociaciones, etc.).

La organización centralizada de los materiales curriculares permite, tanto el acceso de cualquier subcomunidad formativa a los mismos, como el de las personas que -sin estar vinculadas al centro de forma continuada- deseen usar los productos culturales depositados en la mediateca para su autoformación y disfrute.


La utilización formativa de las tecnologías tradicionales (fotografía, radio, prensa, proyección fija, teléfono, etc.) de las nuevas tecnologías (televisión, videograbación y vídeo reproducción, fax. etc.) y de las tecnologías avanzadas (informática y telemática) permite además de un adiestramiento en la producción de mensajes y en la lectura crítica de los productos emitidos por los medios de comunicación, el establecimiento de una red de comunicaciones ínter e intracomunitarios.

2.7.4. La participación en los procesos de planificación interinstitucional de los planes y programas de educación de adultos

Tal como expresamos en el estudio comparado de las normas que regulan la educación de adultos en las diversas Comunidades Autónomas, las cuatro Leyes promulgadas hasta la fecha contemplan la planificación general de la educación de adultos desde un planteamiento ínter-institucional. Esta vocación interdisciplinar y colaborativa se concreta en la constitución y puesta en funcionamiento de sendos órganos de representación ínter-administrativa.

La primera en crearse fue la Comisión para la Educación de Adultos de Andalucía en la que están representados, además de la Consejería de Educación y Ciencia que la coordina y preside, las Consejerías de Gobernación, Agricultura y Pesca, Trabajo, Salud, Asuntos Sociales, Cultura y Medio Ambiente. Igualmente participan representantes de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias, del Instituto Andaluz de la Mujer, del INEM, de las Universidades Andaluzas y de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias. El esquema representativo de esta comisión se reproduce en las ocho provincias de la comunidad en las que existen las denominadas Comisiones Provinciales para la Educación de Adultos en las que además participan representantes de los alumnos y de los sindicatos de profesores.

Siguiendo un modelo con ciertas similitudes La Xunta de Galicia creó en 1993 el Consejo Gallego de Educación y Promoción de Adultos presidido por el Conselleiro de Educación e Ordenación Universitaria y coordinado por su departamento .

La Comunidad Autónoma de Valencia ha sido la última en constituir su Comisión Interdepartamental de la Formación de Personas Adultas que está presidida rotatoriamente por los consejers con competencias en esta modalidad educativa (Educació i Ciéncia, Treball i Afers Social y Cultura), como representantes de las instancias administrativas que participan en esta Comisión.

Cataluña, en cambio, crea una doble estructura de coordinación y participación. La Comisión Interdepartamental para la Formación de Adultos de Cataluña está coordinada y presidida por el Conseller de Bienestar Social siendo su ámbito de representación institucional más restringido que la andaluza ya que en ella sólo participan los Departament de Treball, Ensenyament, Cultura, Agricultura, Ramadería y Pesca, Justicia, Medi Ambient y Esport. También se crea el Consejo Asesor de Formación de Adultos en el que, además de representantes de los Departaments competentes, participan el presidente del consejo social de cada una de las Universidades de Cataluña, representantes de la Asociación Catalana de Municipios y Provincias y de la Federación de Municipios de Cataluña, de los sindicatos y empresarios y personalidades de reconocido prestigio en el campo de la formación de adultos.

 
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