2.7.
LA GESTIÓN PARTICIPADA DE INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN DE ADULTOS
La
consideración de las instituciones educadoras de personas
adultas como ecosistemas sociales y humanos refuerza la concepción
socio comunitaria que venimos proponiendo ya que las acciones formativas
suelen realizarse en, con, por y para la comunidad en la que se
insertan.
2.7.1.
Modelos socio comunitarios
Los estudios de Quintana (1991) sobre las "Perspectivas
mundiales de la educación de adultos" ponen de manifiesto
la existencia de diversos modelos socio comunitario entre los que
destacan:
El modelo
socialista desarrollado mediante la creación de
Universidades Populares que desarrollan programas formativos basados
en la impartición de cursos, seminarios, talleres y enseñanza
a través de los medios de comunicación.
El modelo
ilustrado/revolucionario desarrollado en extensas áreas
de América Latina para luchar contra el analfabetismo y
mantener a la población post-alfabetizada mediante la difusión
de documentos impresos (periolibros), radio, televisión,
vídeo y cursos por correspondencia, acceso a las bibliotecas
rurales, etc.
El modelo
progresista basado en la aplicación de estrategias
de Desarrollo Comunitario tanto en los países pobres como
en aquellos desarrollados en los que existen bolsas de marginación
y pobreza. Las acciones formativas de los programas de Desarrollo
Comunitario parten del análisis de las carencias socioculturales
y económicas de la población para intentar paliarlas
y suelen organizarse mediante la creación de centros donde
se imparten cursos, seminarios, prácticas laborales, educación
cooperativa, subprogramas de formación de agentes de desarrollo,
animación a la creación de talleres y empresas,
etc.
El modelo
científico basado en la intervención de la
Universidad tanto en tareas de investigación y formación
de educadores especializados de personas adultas como en la impartición
de enseñanzas abiertas sobre temas de actualidad e interés
para el mundo adultos que suelen ofertarse mediante cursos, actividades
de educación para el uso creativo del ocio y el tiempo
libre, seminarios, conferencias, etc.
El modelo
liberal propio de los países desarrollados que parte
del concepto de educación permanente y ofrece una amplia
oferta de actividades educativas formales y no formales, públicas
y privadas, descentralizadas e interdisciplinares, en las que
los adultos participan co-gestionando programas encaminados a
corregir la obsolescencia formativa en el campo económico-profesional,
cultural, de la mejora de la calidad de vida, de la participación
social, etc. Los centros de educación de adultos encuadrados
en este modelo suelen adoptar la metodología de la investigación
participativa en la que los sujetos parten de las problemáticas
sociales de su entorno para, en forma colaborativa, averiguar
sus causas y proponen soluciones con las que intentan modificar
y mejorar su realidad inmediata.
Las
diversas comunidades educativas responsables de llevar a cabo las
acciones formativas resultantes de la aplicación de estos
modelos responden al esquema general de ecosistema escolar propuesto
por Manuel Lorenzo (1995).
En el centro de una malla interactiva se sitúa el currículum,
auténtica fuente vehiculadora de la energía motriz
del ecosistema. En opinión de Lorenzo el currículum
además de conformar el objeto de asimilación pedagógica
por los alumnos (adultos en nuestro caso) con la mediación
del educador, "es el generador de una tecnología
mediante la cual adquiere forma concreta la actividad del ecosistema
siendo el motor de la innovación y el enriquecimiento de
la cultura escolar y su incardinación en la comunidad local"
(a lo que contribuye en la educación de adultos la adopción
de estrategias didácticas basadas en la investigación
participante).
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