2. BASES DE LA EDUCACIÓN E INTEGRACIÓN DE PERSONAS ADULTAS INMIGRANTES

2.1. INTRODUCCIÓN: EDUCACIÓN DE ADULTOS Y EDUCACIÓN PERMANENTE

La amplia y dinámica concepción de la educación de personas adultas propugnada por la UNESCO ha llevado a los diferentes estados miembros a organizar una gran multiplicidad de programas y experiencias que, siguiendo las enseñanzas de J. Mª. Quintana (1995: 194-198), pueden clasificarse en cuatro tipos:

  • La educación de adultos escolar cuya finalidad es proporcionar a los adultos los conocimientos que en su día debía darles la escuela y que, por diversas razones, no lo hizo.

  • La educación de adultos cultural es la más antigua de las formas de educación de adultos ya que se viene desarrollando espontáneamente en toda sociedad culta. Está conformada por una amplia oferta formativa que permite a las personas completar y ampliar sus conocimientos, desarrollar habilidades y adquirir nuevas capacidades.

  • La educación de adultos profesional en sus vertientes de formación ocupacional (para personas sin empleo) y continuada (formación en la empresa o para la empresa).

  • La educación de adultos social destinada a ayudar a salir de la marginación y el subdesarrollo a colectivos de personas explotadas.

Las tres primeras categorías constituyen parcelas de lo que suele denominarse enseñanza de adultos ya que priman esencialmente el desarrollo intelectual basado en la adquisición de conocimientos y habilidades, quedando en un segundo plano la educación de la personalidad, y la formación en actitudes y valores personales y sociales.

La XIX Reunión de la Conferencia General de la UNESCO celebrada en Nairobi en 1976 definió la expresión "educación permanente" como "un proyecto global encaminado tanto a reestructurar el sistema educativo existente, como a desarrollar todas las posibilidades de formación fuera del sistema educativo. En ese proyecto el hombre es el agente de su propia educación, por medio de la interacción permanente de sus acciones y su reflexión. La educación permanente lejos de limitarse al periodo de escolaridad, debe abarcar todas las dimensiones de la vida, todas las ramas del saber y todos los conocimientos prácticos que puedan adquirirse por todos los medios y contribuir a todas las formas de desarrollo de la personalidad... La educación de adultos no puede ser considerada intrínsecamente: sino como un subconjunto integrado en un proyecto global de educación permanente" (OEI, 1981: 83 y 84).

 
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