De
hecho, ya existen iniciativas como la de la European Computer
Driving Licence (ECDL) y la International Computer Driving License
(ICDL) (87), que tienen el objetivo de certificar
la competencia en habilidades digitales y que pretenden normalizar
el tipo de conocimiento de los conceptos básicos de las TICs, que
debe tener un ciudadano que esté alfabetizado tecnológicamente para:
El
uso operativo de equipos (hardware) y programas (software)
como organización y gestión de ficheros y directorios. Herramientas
de trabajo: búsquedas, edición y facilidades de impresión.
El
manejo de procesadores de textos, de gráficos y hojas de cálculo:
creación, formato y finalización de documentos alfanuméricos y
de tablas, imágenes, dibujos, diagramas y efectos, y facilidades
para la importación de objetos. Uso de las principales operaciones,
dar formato y uso de fórmulas y funciones. Importar objetivos
y crear gráficos.
La
comprensión de los conceptos de bases de datos. Diseño
de una base de datos sencilla usando una aplicación software comercial,
recuperación de información de dicha base de datos.
La
creación, tratamiento y modificación de documentos. Uso de herramientas
para la realización de presentaciones. Creación, dar formato y
preparación para su distribución y presentación. Creación de presentaciones
para varios tipos de audiencia.
La
búsqueda de información a través de navegadores WEB. Utilización
de herramientas de búsqueda de información, impresión de páginas.
Uso del correo electrónico, anexar documentos, organización de
las carpetas del programa local de correo. Uso de foros, chat,
tablones, mensajería instantánea, etc.
El
almacenamiento de datos, memoria, aplicaciones software, uso
de las redes de información. Los aspectos legales y de seguridad
de los derechos de la información. La gestión de información y
mecanismos de telecomunicaciones.
Por
ello, aprender y enseñar dentro de la sociedad de la información
y del conocimiento debe convertirse en un reto para todas las instancias
educativas y culturales, al adaptar los sistemas de educación
y cultura a la utilización de las TICs mediante el desarrollo de
contenidos educativos específicos, la mejora de metodologías, etc.,
para facilitar la adquisición de los nuevos conocimientos necesarios.
3.1.2
La Valoración Educativa y Cultural de las TICs en su Convergencia
Digital
En
tiempos pasados, los procesos educativos y culturales consistían
en una serie de actividades que tenían que ser casi siempre presenciales
en el mismo espacio físico y en el mismo tiempo cronológico. Pero,
actualmente, gracias a la aplicación de las TICs, y su convergencia
digital, los nuevos procesos educativos y culturales se hacen
más flexibles, globales y ubicuos, ya que ellos son independientes
y están permanentemente disponibles del espacio físico y temporal
desde donde se generan.
Con
las TICs y su convergencia digital, las personas puedan acceder
a la educación y a la cultura, no sólo en el momento y en lugar
que lo deseen, sino de acuerdo con sus deseos o necesidades informativas
y cognitivas, y de los propios niveles de conocimientos y
habilidades previas que se tengan. De esta manera es más fácil
adaptarla a los requerimientos de cada persona según sus intereses
y gustos, y más allá de la formación que haya adquirido, o bien
de la formación continua o permanente que pretenda seguir a lo largo
de su vida.
Ni
duda cabe que la actual convergencia digital de las TICs
en el campo de la educación y la cultura, ha de redefinir el
propio campo de desarrollo y actuación de estas dos estructuras
y/o procesos sociales. Además, la implicación de todas las personas
que participan en los procesos educativos y culturales, es una obligación
fundamental para el desarrollo de la aplicación de la conversión
digital de las TICs, porque ya es sabido que los nuevos espacios
de la educación y la cultura no sólo se sitúan en las escuelas,
en los museos, bibliotecas o casas de la cultura, sino en cada rincón
de la vida cotidiana del ser humano.
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