En este sentido, la convergencia digital de las TICs se sitúa en múltiples escenarios económicos, sociales, culturales o políticos de la sociedad actual: desde los valores del servicio público de los medios y tecnologías dedicadas a la educación o la cultura, hasta el visible papel mercantil o comercial que pueden tener varios de sus servicios y productos. Sin duda, una aplicación generalizada y completa de las TICs - y por tanto, de su convergencia digital - en el sector de la educación y la cultura, se convierte en una de las medidas con mayor efecto potencial para conseguir el desarrollo y extensión de la SIC.

De ahí que, delimitada dentro de los conceptos que se manejan a partir de la propia noción SIC, otra propuesta analítica a considerar, y que puede abordar también el estudio, la investigación y el desarrollo de la convergencia digital de las TICs en el sector de la educación y la cultura, es aquella donde se plantea el análisis de cada uno de los distintos indicadores básicos que integran este proceso tecnológico ligado a distintas instancias económicas, político-jurídicas, ideológicas, educativas o culturales, del propio contexto social, histórico y coyuntural, que lo enmarcan (85).

No obstante, a lo largo de todo este apartado, se tratará de describir analíticamente los principales parámetros educativos y culturales que se han dado o se pueden dar con la convergencia digital de las TICs al servicio de la SIC, y con el fin de esbozar también algunas de las experiencias y aplicaciones que se han desarrollado en el mundo, para apoyar distintas tareas, actividades o procesos dedicados a la educación y cultura digital.

3.1 - LA EDUCACIÓN Y LA CULTURA EN LA SIC

De hecho, si la educación y la cultura se han venido valorando en la mayoría de los países del mundo como procesos económicos y sociales de una importancia fundamental incluso mayor que la de los otros factores productivos tradicionales de trabajo, capital y propiedades materiales en los sectores agropecuarios, industriales o financieros, es evidente que, con las TICs, y especialmente en su convergencia digital, la educación y la cultura son en definitiva la estructura base de la SIC, ya que a partir de ellas, casi siempre, se prepara y se posibilita para que las personas tengan acceso a los primeros recursos tecnológicos informativos y cognitivos que son muy necesarios para construir y llegar alcanzar esta apreciada sociedad del futuro.

Impulsar pues la Sociedad de la Información y del Conocimiento con las TICs, y por ende su convergencia digital, es favorecer ciertamente la creatividad y la innovación intelectual del ser humano, lo cual además, es también esencial y muy beneficioso para la propia evolución óptima de los procesos educativos y culturales (86). Se ha dicho que las TICs, y por tanto, su convergencia digital, deben desempeñar una doble función en el mundo de la educación y cultura; por un lado, tienen que apoyar la facilidad y equidad de acceso a los procesos educativos y culturales, y por otro lado, tienen que posibilitar la innovación y el mejoramiento de la calidad, pertinencia y viabilidad de los mismos, tanto en los diferentes ámbitos, niveles, modalidades o actividades de enseñanza y aprendizaje, como en los servicios y contenidos de difusión o divulgación del conocimiento científico y tecnológico, o bien en los procesos de creación artística o expresión cultural, sean presenciales, virtuales o a distancia.


85. Como ya señalamos en el apartado anterior sobre el contexto social de la convergencia digital de las TICs, será necesario volver a plantear que esta cuestión tecnológica, en tanto que factor básico o influencia decisiva para el desarrollo de la SIC, no es independiente del medio económico y social donde se desenvuelve. De ahí que, dentro de los apartados que tienen que considerarse, se encuentran: la economía (a partir de elementos que constituyen la oferta tecnológica como las infraestructuras y los contenidos, que son fuertemente dependientes de la disponibilidad de capital), el empleo (variable que se considera de gran interés ya que evoluciona en consonancia con la situación del mercado), la formación (en cuanto capital humano capacitado adecuadamente en las TICs), la promoción (papel esencial de las administraciones y principales instancias públicas a la hora de fomentar el desarrollo de la Sociedad de la Información y del Conocimiento), la cultura (como los valores o representaciones ideológicas, las actitudes o las costumbres en la forma de vivir con las TICs) y la legislación (con normas y leyes que pueden promover o retrasar el avance de la SIC, por lo que es preciso analizar las acciones en este sentido).
86. No hay que olvidar que hasta hace muy poco tiempo, y tan sólo porque lo han permitido ciertas situaciones político - jurídicas y económicas muy favorables en los últimos 50 años, la educación y la cultura han podido alcanzar una nueva relevancia o valoración global, e incluso han podido incrementar su presencia en la sociedad actual. Sin embargo, a veces la práctica educativa y cultural que se ha venido desarrollando a lo largo de estos años, todavía no es muy diferente a la que se tenía hace uno y, mismo, dos siglos. Se puede decir que la forma de hacer educación y cultura por momentos pareciera que no ha progresado tanto como las otras actividades humanas y que, aún cuando han recogido ciertos avances en la materia, todavía habrá que continuar en la línea de los cambios sustanciales, los cuales a lo mejor serán posible gracias a las TICs, y su convergencia multimediática.

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