Si
hoy día todos estos conceptos tienen otra vez un gran valor estratégico,
con el fin de designar el innovador uso social, político, tecnológico,
financiero o comercial de los medios de comunicación o de las tecnologías
de información, entonces es obvio que ellas puedan ser consideradas,
además como herramientas fundamentales para resolver muchos de
los permanentes problemas de la desigualdad, exclusión, marginación,
retraso, fractura o fracaso social que existen desde hace muchos
años en distintos sectores o grupos humanos del mundo.
Quizá
valga la pena buscar y reconocer todas aquellas significativas experiencias
que ya desde hace muchos años, han permitido alcanzar en la medida
de lo posible, la inclusión social de un gran número de personas,
mediante el uso educativo y cultural de la radio, la televisión
y, seguramente en un futuro muy cercano, con Internet.
1.2
- ANTECEDENTES CONTEXTUALES
Ahora
bien; es cierto que desde hace casi unos veinte años, el acceso
cada vez mayor de la población al uso de las tecnologías de la información
y comunicación, se ha convertido para diversos representantes gubernamentales,
líderes de opinión o ciudadanos comunes, en un hecho fundamental
que puede explicar ciertos logros de los sistemas políticos actuales
en materia de bienestar o desarrollo social o económico; pero, desde
esta óptica, tal vez sería bueno conocer realmente su verdadero
impacto y alcance frente a una problemática actual muy reveladora:
la llamada brecha digital o fractura numérica entre países
o regiones económicamente ricas y pobres, y que además permitiría
contextualizar la propia evolución de la convergencia digital
de los medios o tecnologías de la información y comunicación en
el mundo.
Consecuentemente,
y en tanto que eje analítico o de debate fundamental para
conocer la convergencia digital de los medios de información
y comunicación, es importante abordar esta cuestión, la cual para
los organismos internacionales, los Estados nacionales y sus gobiernos
correspondientes, se trata de reducirla o suprimirla, a partir del
acceso, equipamiento y/o utilización de las nuevas tecnologías de
información, y en especial Internet; es éste quizá el campo analítico
más sensible de la convergencia digital, cuyo estudio también
puede servir para orientar y emprender propósitos o intenciones
tecnológicas bienintencionadas que permitan eliminar todos aquellos
desequilibrios o desigualdades sociales que se generan en el mundo.
En
el año 2000, los países integrantes en la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) adoptaron una serie de metas de desarrollo llamadas
Objetivos de Desarrollo para el Milenio, y encaminadas a
supervisar los avances logrados para luchar contra la pobreza, el
hambre, las enfermedades y otros problemas sociales de carácter
urgente. Dentro de estas propuestas, se incluyó el papel fundamental
o el relevante impacto socio - económico, cultural y educativo que
tienen y deben tener las diversas Tecnologías de la Información
y la Comunicación (TICs) para contribuir al logro de tan ambiciosos
objetivos propuestos (13). Se reconoce que
las TICs pueden lograr un mundo mejor contribuyendo a reducir
la pobreza, mejorar la prestación de servicios de educación y atención
sanitaria y facilitar el acceso a los poderes públicos y su transparencia.
Es por ello que hoy día se haya dicho que de todas las metas previstas
de desarrollo, tal vez los avances más importantes son los alcanzados
en este rubro durante el decenio de los años 90; ya en países en
desarrollo, y más que en todos los años precedentes, las redes
telefónicas fijas y móviles (densidad telefónica total) han crecido
de forma muy espectacular durante el último decenio. Se destaca
por ejemplo Asia Oriental (incluyendo China), cuya densidad telefónica
total en 2002 alcanzaba una cifra 24 veces más elevada que en los
10 años anteriores. Además existen numerosos informes y testimonios
sobre las TICs, donde dichas tecnologías han mejorado en forma impresionante,
e incluso salvado la vida de numerosas personas.
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