2.5.
CUARTA ETAPA: APRENDIZAJE VIRTUAL
En esta etapa
se han producido dos tipos de cambio: cambios en la clase y cambios
administrativos en la política educativa. Se trata del aprendizaje
virtual conducido por los datos. En esta fase, los usuarios de tecnología
líderes han comenzado a usar los amplios recursos encontrados
en internet (aprendizaje virtual) y las capacidades de presentación
multimedia de los ordenadores para abordar los asuntos y oportunidades
conducidos por los datos que son los intereses de los que llevan
la alta política. Las intranets ofrecen lugares donde los
profesores padres y estudiantes pueden acceder a datos en el momento
para tomar decisiones instruccionales.
La facilidad de establecer conexiones es infinitamente mayor que
antes y esto hace del aprendizaje algo no sólo posible sino
poderoso. Pero el conocimiento de los educadores de cómo
usar el poder requiere considerable atención respecto a la
emergencia de los hallazgos de investigación y mejores prácticas.
Los profesores tienen acceso a conexiones de Internet que hasta
hace bien pocos años parecía imposible incluso para
los profesores universitarios. Ha aumentado el porcentaje de las
escuelas que tienen conexión a Internet y de profesores que
tienen portátil.
En esta etapa, en lugar de abordar el dominio de habilidades aisladas
o de hechos de conocimiento, la toma de decisiones conducida por
los datos requiere hacer cambios sistémicos en el curriculum,
la instrucción y la evaluación en la medida en que
requiere cambios en los roles del estudiante, del profesor y de
las tareas de enseñanza aprendizaje. Las prácticas
conducidas por los datos ayudan a facilitar prácticas efectivas
centradas en el estudiante. Esta etapa reconoce que los profesores
son extremadamente importantes en cualquier uso de la tecnología
y que necesitan nuevas clases de asistencia en el desarrollo profesional.
Un profesor puede tener el mejor ordenador, el más sofisticado
software de curriculum, y la más rápida conexión
a Internet... pero si ese profesor no sabe cómo utilizarlo
en el aprendizaje de los alumnos, no va a mejorar la educación.
(Rivero, 1999).
La aplicación de los ordenadores, la entrada en Internet,
el correo electrónico, y los sistemas multimedia conducen
al éxito en cursos avanzados así como a ganancias
en habilidades de pensamiento de orden superior: pensamiento crítico,
solución de problemas, comprensión del método
científico y síntesis de diferentes puntos de vista.
Los resultados de los estudios realizados en esta última
etapa señalan una mejora generalizada en el rendimiento y,
sobre todo, en intereses, motivación y actitudes. En el estudio
de McKinnon y otros (1996) se encontró que el uso de ordenadores
contribuía con otras innovaciones instruccionales a un mejor
rendimiento en Inglés, matemáticas y tests de ciencias.
Otros estudios confirman que una serie de estudios de tecnología
dentro del contexto de un esquema instruccional sugiere que la tecnología
tiene un impacto positivo sobre el rendimiento del estudiante. Por
ejemplo el demostrado en las escuelas CoNECT se ha demostrado que
las escuelas están comenzando a progresar en una serie de
áreas clave incluyendo la elevación de las puntuaciones
de tests (Goldberg y Richards 1995).
El estudio de 55 escuelas de N. York tiene la misma conclusión:
el creciente apoyo de la tecnología facilita, favorece y
mejora el rendimiento de los estudiantes (Mane y Schaffer, 1997).
Numerosos estudios revelan que la tecnología ofrece algunas
oportunidades excepcionales para dar a los estudiantes más
elección y control de su aprendizaje y una oportunidad de
desarrollar autoestima superior a la que tenían en otras
condiciones.
Gregoire y otros (1996) en un metasumario de la investigación
relevante concluyeron que las nuevas tecnologías desarrollaban
el interés de los estudiantes en actividades de aprendizaje,
al menos para conducirles a dedicar más tiempo y atención
a estas actividades que en las clases ordinarias. No es sorprendente
que también aumente la confianza en sus habilidades. A su
vez, esta confianza en sí mismos explica, en parte, su actitud
y que un gran número de ellos eligiera actividades en las
que la tecnología jugaba un papel importante y que requería
perseverancia.
Roblyer y otros (1998) señalan respecto al efecto de los
ordenadores en el tema de las actitudes que el uso de ordenadores
afecta a las actitudes hacia la escuela, y tenía un impacto
positivo mejorando la autoimagen y la autoconfianza.
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