2.4.
TERCERA ETAPA: DESARROLLO DE PROCESOS. APRENDER CON TECNOLOGÍA
Un cambio sustancial
se fue operando, poco a poco, en torno a la mitad de la década
de los 90. Con el impulso de la psicología cognitiva, los
ordenadores llegaron a ser instrumentos para las prácticas
centradas en el estudiante más que sistemas de transmisión
de contenidos. Además, los ordenadores facilitaron el movimiento
desde actividades de aprendizaje ampliamente aisladas a aplicaciones
que implicaban trabajo cooperativo. En esta fase la tecnología
iba suministrando información en formatos interactivos, hypertexto
e hypermedia. El procesador se convertía así en un
instrumento de pensamiento y un medio para publicar y compartir
de maneras antes reservadas a los editores. Nuevas bases de datos
como Acces, FileMarker Pro, Paradox permitía a la gente ver
las posibilidades organizativas a través del uso de la tecnología.
La tecnología suministraba ahora una serie de formatos de
información antes inalcanzables. Los CDRoms y otros tecnologías
digitales trajeron una nueva riqueza de información dentro
de la clase y suministró a los estudiantes acceso a múltiples
formas de información.: sonido, dibujos, video, gráficos,
cartas, mapas, y animación. Internet empezó a ser
una realidad. Sin embargo, hasta que no apareció la web y
los browsers de la web no se experimentó de verdad el poder
de Internet.
Si aprender de la tecnología, como ya hemos indicado, supone
que la tecnología se convierte en un almacén de conocimientos,
como el libro, o en una fuente de transmisión de conocimientos,
como el profesor, y su finalidad, por lo tanto, se reduce a sustituir
al profesor o a los libros, aprender "con tecnología"
implica un concepción diferente de la tecnología y
de los ordenadores, interpretándolos como instrumentos cognitivos
o instrumentos mentales. Lo que subyace bajo esta nueva denominación
es una concepción constructivista de la tecnología
al servicio del aprendizaje significativo. La tecnología
y los ordenadores ayudan al estudiante a aprender significativamente,
construyendo su propio conocimiento.
No se trata ya del ordenador como mero instrumento de productividad,
como en la etapa anterior. El procesador de textos, el CAD, los
paquetes gráficos, son instrumentos que mejoran la productividad
de los alumnos en las clases y quedan legitimados por el mero hecho
de mejorar un producto académicamente valorado. Pero la idea
de los instrumentos cognitivos va mucho más allá de
la productividad para comprometer el propio pensamiento del alumno
en un nivel de aprendizaje en el que no se ventila sólo la
productividad del usuario, sino la calidad del pensamiento. Los
instrumentos al servicio de la productividad pueden mejorar la escritura
del alumno, pero no lo hacen mejor escritor; los procesadores de
texto pueden mejorar la expresión o presentación de
una idea, pero no pueden mejorar el pensamiento.
De esta forma, los avances en la tecnología y ciencias del
aprendizaje condujeron a los investigadores a un punto de vista
diferente: vieron el aprendizaje con tecnología como el medio
de construir habilidades de solución de problemas y lograr
la autonomía del estudiante (Berryman, 1993). Este movimiento,
inspirado en la ciencia cognitiva fue poco a poco cambiando el pensamiento
y la investigación psicológica desde un foco centrado
en procedimientos para manipular los materiales instruccionales
a procedimientos para facilitar el procesamiento y el pensamiento
del estudiante. Al contrario del conductismo, la tecnología
educativa cognitiva es una ciencia descriptiva, no prescriptiva.
El enfoque cognitivo de la tecnología instruccional acentuó
las estrategias de aprendizaje, especialmente la planificación,
la construcción del conocimiento, la comprensión,
el recuerdo y la comunicación. Es en esta fase cuando los
estudiantes desarrollan habilidades en la lógica, solución
de problemas y seguimiento de direcciones con un claro énfasis
en el aumento de las habilidades del pensamiento de nivel superior.
Este es el verdadero sentido de la tecnología educativa,
tal como viene expresada en esta tercera fase de aprender con tecnología:
utilizar los ordenadores como instrumentos cognitivos.
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