2.
SIGNIFICADO REAL DE LA TECNOLOGÍA EDUCATIVA
2.1. ETAPAS Y SENTIDO
Utilizar la tecnología
para aprender tiene muchas y muy diferentes interpretaciones, algunas
de las cuales han marcado etapas bien definidas en el curso del
tiempo. La triple distinción entre aprender sobre,
de y con tecnología puede ayudarnos a entender
mejor el sentido de la tecnología al servicio del aprendizaje.
En consecuencia, podríamos distinguir cuatro etapas en el
impacto de la tecnología en la educación: alfabetización
informática, mejora de la productividad, desarrollo de procesos,
y aprendizaje virtual. Conviene tener en cuenta que los términos
más habituales en el contexto tecnológico como procesamiento,
software, papeles del profesor y del estudiante etc., tienen sentidos
diferentes en cada etapa. Las etapas además no son mutuamente
excluyentes pues una persona puede estar en una etapa en una variable
y en otra etapa en otra variable diferente. La última etapa
es la más deseable pero no se debería pasar a ella
sin la adecuada preparación profesional.
2.2. PRIMERA ETAPA: ALFABETIZACIÓN INFORMÁTICA. APRENDER
SOBRE LA TECNOLOGÍA
La fiebre despertada
por los ordenadores hace sólo unas décadas condujo
a la proliferación de los aparatos y a la curiosidad por
descubrir lo que había dentro de ellos. Tal era la magia
que se había propagado sobre esta máquina revolucionaria.
Detrás de los ordenadores se escondía la pregunta
sobre su posible utilización y la forma en que se podían
integrar dentro de los centros educativos. No era ya cuestión
de utilizarlos para aprender sino de aprender sobre ellos.
Como la verdadera utilidad de los ordenadores, y en general de la
tecnología, era una incógnita, la primera idea fue
aprender sobre los ordenadores, poniendo a los estudiantes
a desentrañar los componentes del hardware y a programar
usando el famoso BASIC. Se creía que el conocimiento de la
estructura de los ordenadores sería útil para aprender,
para vivir en una sociedad informatizada, e incluso para reprogramar
su pensamiento. Pero es un error creer que si los estudiantes conocen
las diferentes partes y funciones de un ordenador y del software
correspondiente, comprenderán mejor y elevarán su
rendimiento escolar.
La experiencia nos ha demostrado que es posible utilizar el ordenador
sin conocer las partes de que consta ni descubrir las entrañas
de su estructura más profunda. De hecho, los estudiantes
lo usan sin instrucción previa alguna. Hemos comprobado,
afortunadamente, que lo aprendido sobre los ordenadores nada tiene
que ver con la mejora educativa y que la memorización de
los elementos del ordenador resulta intrascendente. En realidad,
la comprensión surge de la curiosidad y la búsqueda
significativa del estudiante, no de la memorización de las
estructuras del ordenador. La alfabetización tecnológica
puede ser útil, pero no resuelve ningún problema educativo.
2.3.
SEGUNDA ETAPA: MEJORA DE LA PRODUCTIVIDAD. APRENDER DE LA
TECNOLOGÍA
En
la década de los años 80, los ordenadores eran todavía
muy primitivos, la programación de los ordenadores personales
carecía de estructura, y las limitaciones de los lenguajes
utilizados convertían los programas en verdaderas rutinas
secuenciales, con enunciados si, entonces, más
propios de una instrucción programada. El software se reducía
a determinados textos presentados en formatos electrónicos.
Los roles del profesor ponían el acento en enviar a los estudiantes
al laboratorio a realizar prácticas y ejercicios mecánicos
y los estudiantes seleccionaban habitualmente respuestas correctas
dentro de esos programas.
La
enseñanza basada en el ordenador, dentro de esta etapa se caracterizó
por el uso de software ramificado de carácter conductista que descansaba
sobre todo en ejercicios y prácticas rutinarias, con un apoyo conceptual
centrado en los principios del aprendizaje operante. Este sistema,
de carácter prescriptivo, dividía los contenidos en pequeñas unidades,
premiaba las respuestas correctas y abría nuevas posibilidades para
individualizar la instrucción, enseñar diagnósticamente, y suministrar
una situación escolar para estudiar el aprendizaje. El resultado
fue un aprendizaje más efectivo y aparentemente más autónomo.
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