Otro paso importante lo han constituido los modelos basados en el rendimiento. Estos modelos presuponen la existencia de un determinado nivel de capacidad o talento, como condición necesaria pero no suficiente para el alto rendimiento, e incorporan un perfil de características de cuyo funcionamiento conjunto depende este alto rendimiento. El más conocido es el modelo de "los tres anillos" de J. Renzulli (1978) (Figura 2).

Renzulli, J. (1984). Incluye habilidades por encima del promedio, altos niveles de compromiso con la tarea y altos niveles de creatividad. Son los tres anillos. El modelo se centra en los estudiantes que se encuentran en 15% superior de la aptitud intelectual. La identificación se basa en evaluaciones objetivas y subjetivas y habitualmente implica un programa fuera del aula (pull-out) para los alumnos identificados.

Figura 2. Modelo de Renzulli (1978).

Stanley, J. (1974), ofrece un modelo desde un enfoque de identificación de talentos en un dominio específico respecto a la superdotación. El enfoque del estudio de los jóvenes precoces en matemáticas reconoce a los estudiantes que tienen fuerzas específicas en matemáticas, lengua y estudios sociales. La identificación se hace a través de tests estandarizados y considera superdotados a los que están en el topo del 3 al 5 % de los estudiantes. Estos estudiantes recibirían oportunidades de acelerar, de ingresar pronto en la universidad, cursos universitarios a distancia, actividades avanzadas y salto de curso. El SMPY ( (Study of Mathematical Precocious Youth) creado por Santenley ha sido posteriormente desarrollado y adaptado por otros autores como modelo de identificación y búsqueda de talentos, como el reciente trabajo realizado en España por el Center for Talented Yoouyh (Tourón y Reyero, 2003).

Los modelos socioculturales incorporan el valor de los contextos sociales a la hora de definir la superdotación. Parten de la idea de que los contextos condicionan las necesidades y los resultados del comportamiento humano. La sociedad y la cultura determinan qué tipo de productos poseen valor par considerarlos dignos de un talento especial.

Betts, G. (1991) desarrolló el modelo de estudiante autónomo que considera las necesidades emocionales, cognitivas y sociales de los estudiantes talentosos y superdotados. Su meta fue hacer que los estudiantes emerjan como estudiantes independientes, autodirigidos y se centra en cinco dimensiones: orientación, desarrollo individual actividades de enriquecimiento, seminarios y estudio profundo. La identificación incluye alto C.I. y rendimiento para los estudiantes intelectualmente dotados, alto divergente pensamiento para los estudiantes creativamente superdotados y área específica de talento, tal como matemática o música para los estudiantes talentosos. Las opciones de programación incluirían programas de desarrollo individual, oportunidades de enriquecimiento, seminarios y estudios de profundización.

Tannenbaum (1986) establece un primer modelo que luego perfecciona, en el que hace depender el rendimiento superior de cinco factores: a)capacidad general, b)capacidades específicas, c)factores no intelectuales, d) influjos ambientales y e) factor suerte.

Feldhusen, J. (1986) crea el modelo denominado de identificación y desarrollo del talento en educación. Es también un modelo inclusivo que favorece el desarrollo del talento en toda la juventud más que identificar estudiantes basados en una puntuación de corte de tipo arbitrario. Identifica fuerzas y debilidades usando un enfoque multidimensional para evaluar y diseña programas individuales para los estudiantes basados en sus perfiles de evaluación.

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