Significa literalmente "hoja dura". Es una propiedad que tienen las plantas para defenderse de las condiciones atmosféricas que se dan sobretodo en lugares en los que en verano se juntan la escasez de lluvias con las altas temperaturas. Las hojas son duras, pequeñas y coriáceas. Ejemplos son las que desarrollan las encinas, los alcornoques y los matorrales, es decir las especies representativas del estado climático u óptimo del monte mediterráneo. Estas hojas se renuevan, además, a lo largo de varios años, permaneciendo el árbol siempre verde.
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