Después de encontrar un valor para la sección del cable, de acuerdo con las características eléctricas y mecánicas de la línea, se intenta minimizar la inversión económica necesaria. En este punto, no solo se tienen en cuenta los costes de material e instalación, sino también las pérdidas que tendrán lugar a lo largo de la vida útil del cable. En líneas de baja tensión, basta considerar las pérdidas por efecto Joule. Conviene estimar estas pérdidas considerando previsibles aumentos en la demanda de potencia y, por lo tanto, en la corriente que circula por el cable. La sección obtenida de esta forma es la que se elige definitivamente.
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