La función de protección de las líneas frente a perturbaciones tales como la sobretensión, la sobreintensidad, la subtensión o el retorno de corriente, se encomienda a un dispositivo llamado relé de protección. Se encarga de vigilar la evolución o el valor de una magnitud, realizar con estas medidas los cálculos necesarios y determinar si se debe maniobrar el interruptor en función del resultado de la comparación con parámetros de actuación predeterminados. En cuanto a su construcción, pueden ser mecánicos, electromagnéticos o electrónicos. Pueden controlar, tensión, intensidad, potencia, impedancia o frecuencia. Son de acción instantánea o de acción temporizada cuando pasa un tiempo desde que se detecta la falta, hasta que se da la orden de apertura de los contactos. Su estructura básica comprende los siguientes bloques: órgano de entrada, que actúa como adaptador de señal y aislamiento entre alta y baja tensión; órgano de medida, que compara la señal recibida con el valor de referencia; toma la decisión de abrir o mantener el contacto; órgano de salida, que amplifica las señales para que funcionen los elementos de actuación sobre los contactos de los dispositivos de la línea eléctrica; fuente de alimentación, que suministra energía para el funcionamiento del relé.
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