Es un índice de la capacidad de un material para favorecer el desarrollo de un incendio. En la norma UNE 23-727 los materiales se clasifican según su reacción al fuego como M0, M1, M2, M3 y M4, correspondiendo la clase M0 a los materiales no combustibles (piedra) y la clase M4 a los combustibles y fácilmente inflamables (gasolina). La madera no ignifugada de coníferas en gruesos superiores a 18 mm (tarima) o la de frondosas en gruesos superiores a 14 mm (lamparquet de gran formato) se considera M3 (Combustible y medianamente inflamable). La madera ignifugada en masa de gruesos menores de 13 mm puede alcanzar calificaciones de reacción al fuego de M2 (Combustible y difícilmente inflamable) o M3, y la de gruesos superiores a 13 mm, calificaciones de M2 o M1 (Combustible pero no inflamable). Con la aplicación de barnices ignífugos sobre pavimentos de madera se puede rebajar en un grado la calificación que les corresponda.
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