Es la suma del valor de todos los bienes y servicios finales producidos en el interior de un país durante un año, con independencia de la nacionalidad de los propietarios de los recursos empleados. Abreviadamente se le conoce como PIB. Se le llama bruto porque no se deducen de él las amortizaciones. Su tasa de crecimiento anual se utiliza como indicador de la evolución de la economía de un país, siendo conveniente deflactarlo para eliminar el efecto de la inflación y pasar de valores corrientes a constantes. Su estancamiento o caída es síntoma de depresión económica. Se considera que la economía de un país entra en recesión cuando el crecimiento del PIB es negativo durante dos trimestres consecutivos. Se emplea el PIB per cápita como indicador del nivel de desarrollo de un país, permitiendo distinguir entre países desarrollados y países en vías de desarrollo.
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