Vinculado a las feromonas, es un olor peculiar y muy fuerte que desprenden los machos de la mayoría de las especies domésticas. El olor hircínico se encuentra muy desarrollado en macho cabrío. Impregna el ambiente del establo durante el periodo de celo y es capaz de inducir la ovulación de las hembras de su especie. La secreción de feromonas depende de la estimulación de estrógenos y andrógenos. Se distribuyen por el torrente sanguíneo del animal y se liberan al exterior del organismo por la orina y por la piel. En machos reproductores, este olor no llega a desaparecer nunca después de la primera cubrición, por lo que, durante su función como reproductor no es recomendable sacrificar al animal para consumo humano ya que este olor se encuentra, incluso, impregnado en su carne.
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