Del griego mikes: hongo y riza: raíz. Asociación simbiótica entre los filamentos o hifas de ciertos hongos micorícicos con las raíces del 95% de las plantas, solo unas pocas familias no forman micorrizas como Crucíferas, Quenopodiáceas y Ciperáceas. Las micorrizas pueden ser de distintos tipos ectotróficas (envuelven a las raíces) como amanitas, boletus, etc. endotróficas (llegan al interior de la raíz) y ectendotróficas . El hongo obtiene de la planta las fuentes de carbono, productos de la fotosíntesis, un nicho ecológico protegido de los antagonismos microbianos de la rizosfera, etc. y la planta se beneficia aumentando la absorción de nutrientes especialmente fósforo, mejorando la resistencia a la sequía, a las altas temperaturas y al control de patógenos y elementos tóxicos presentes en el suelo, etc. La micorrización es especialmente importante en la producción de plantas forestales para repoblaciones, ya que los suelos donde se realizan las repoblaciones presentan condiciones edáficas y climáticas limitantes, lo que hace fundamental la utilización de sustratos en los que se haya inoculado estos tipos de hongos.
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