Es un método de cálculo de costes de producción en el que se imputan a los productos y forman parte del coste de ventas todos los costes, tanto fijos como variables. Se le llama también coste total o coste completo. En los costes directos (materia prima y mano de obra directa) no se plantean problemas de asignación a los productos, ya que por su naturaleza son costes identificables de modo inequívoco con los productos, pudiendo medirse la cantidad consumida por cada uno de ellos; en los costes indirectos de producción sí se presenta un problema de asignación o imputación, que se resuelve tomando alguna base de reparto. Algunos autores critican este modelo por su arbitrariedad a la hora de repartir ciertos costes y propugnan métodos alternativos, de los cuales el direct costing es el más conocido.
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