Las redes de distribución en baja tensión son trifásicas con neutro. Por otro lado, la mayor parte de los receptores son monofásicos, es decir, se alimentan con la tensión simple fase – neutro (230 V). La conexión de las viviendas de un edificio, intenta que la red trifásica de distribución quede próxima al equilibrio. La rotura del neutro de la línea de alimentación provoca que el retorno de corriente se realice a través de otro cable de fase, con lo que los receptores van a quedar expuestos a valores próximos a los de tensión compuesta (400 V, entre dos conductores de fase). Como elemento de protección se emplea un protector de sobretensión de red en régimen permanente (PGS). Operando junto con un interruptor diferencial para provocar el disparo de éste cuando la tensión alcance un valor superior al especificado (entre 240 V y 260 V).
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