Ante la presencia del fuego, los cables eléctricos son elementos potencialmente peligrosos ya que: a) pueden servir para propagar el incendio al estar presentes en diversas zonas del edificio; b) los materiales orgánicos que forman sus aislamientos pueden actuar como combustibles, o emisores de gases tóxicos; c) el deterioro del los aislamientos puede provocar cortocircuitos o derivaciones a tierra; d) el deterioro de los cables puede dejar sin alimentación equipos de emergencia. Es por ello que los organismos reguladores han desarrollado normas que definen el tipo de cable y las pruebas que deben superar según el uso al que van a ser destinados: 1. Cables no propagadores de llama (FL.RT): cuando después de aplicar una llama en un punto de cable y de que ésta se haya extinguido, no se ha propagado a otro punto diferente. 2. Cables no propagadores de incendio (FI.RT): cuando al ser sometidos a un foco de incendio no desprenden productos que puedan ocasionar un foco secundario. 3.Cables resistentes al fuego (FI.RS): cuando siguen operativos durante y después de un incendio prolongado. Además, se debe indicar el grado de oscurecimiento del local a consecuencia de los humos emitidos, el índice de toxicidad de los gases desprendidos por la combustión y la corrosividad o emisión de HCl, especialmente importante en cables aislados con PVC.
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