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Quien
habita un lugar no sólo conoce el medio sino que se lo apropia para su
vida. Quien habita incita a un intercambio con el entorno, convierte el paisaje
en hábitat, rebasa la idea de ser viajante-espectador y se convierte en
habitante-actor. Pero, habitar en Internet para las mujeres, como para todos aquellos
otros excluidos hasta hace poco de la historia oficial, tiene un valor
añadido. Son los espacios por hacer los que ofrecen más posibilidades
para la no-repetición de los viejos modelos de jerarquización social,
más posibilidades para imaginar las nuevas condiciones creativas, sociales
y políticas de un mundo post-Internet. Entre
dosis de escepticismo y cautela sobre los potenciales del medio pero también
con esperanzas renovadas, nos preguntamos cuáles son las posibilidades
reales de la red en la producción de nuevos espacios para la convivencia
y la colectividad. Sugerimos tres formas de habitar en (punto) net:
habitar los márgenes, habitar la casa y habitar la red. En ellas,
lecturas de Internet hechas desde una selección de obras de las más
interesantes net.artistas, pioneras, investigadoras y muchas de ellas activistas
del ciberfeminismo: Cornelia Sollfrank, Auriea Harvey, Natalie Bookchin, Mary
Flanagan, Annie Abrahams, Laura Floyd, Tina La Porta y Margot Lovejoy.
Remedios
Zafra |